EL DUQUE DEL GUANO

Ya empezamos

«Quiero un Concurso tan bien hecho que yo ya no pueda escribir por no tener nada que criticar»

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De nuevo en la palestra para hablaros de lo que a mí me parece esto que en el Falla se desarrolla cada año y que no es más que un concurso de coplas, pero que con tanta pasión nos lo tomamos que algunas veces hasta pasa de castaño oscuro.

De hecho, he empezado utilizando el sustantivo palestra sabiendo, de sobras, que así se le llama al sitio en donde se celebraba antiguamente una lucha; pero en la actualidad, con esa palabra designamos el lugar al que, por ejemplo, saldría alguien a leer un poema o a exponer un tema de discusión pacífica. Y es que, precisamente, eso es el Concurso: una batalla literaria y musical; una guerrilla de coplas. Si la miramos con ojos románticos, todo nos puede parecer perfecto; y diremos que aquí se ejerce «periodismo cantado» y todas esas cosas que a los profesionales del chauvinismo les gusta decir. Si la miramos con ojos críticos, podremos ver que en el Concurso hay mucho de meta-carnaval y que más que periodismo lo que la gente demanda son letras que hablen del propio Concurso, además de todos esos piropos al bombo, a la caja, al plumero, al pito, al tres por cuatro...

Por eso, creo, lo mejor es no quedarse ni en una banda ni en la otra: ser crítico cuando haya que serlo y romántico cuando se ha de menester. Porque esa es la única forma de disfrutar de este concurso que, en realidad, tiene, a pesar de todo, mucho de qué disfrutar.

A mí me ocurre que cuando el Concurso lleva dos o tres días, ya me parece el mismo del año anterior, excepto por los disfraces. Y es que son muchas agrupaciones haciendo lo mismo; y aunque jamás voy a protestar por el número de ellas, sí diré que, quitando un ínfimo porcentaje, el resto es malo y clónico, pero soy ecléctico y eso me hace disfrutar de todo.

Llevo varios años, entre este periódico y otro, escribiendo de Carnaval; y me da la impresión de que ya he dicho lo que quería decir, varias veces; así que si hay alguien que acostumbre a seguirme, seguramente se coscará de lo coñazo que me pongo con los mismos asuntos. Pero también es lo que yo digo: ¿por qué no arreglan aquello que yo denuncio? ¿No se avergüenzan los responsables de que les digan todos los años lo mismo? No es que yo esté en posesión de la verdad, pero todos vosotros estaréis de acuerdo conmigo en que hay cosas que, por lo menos, hasta ahora, han estado objetivamente mal y se ha tardado mucho en arreglar; y otras que todavía no se han arreglado.

Bueno, un año más os pido permiso para amargaros el café de la mañana con mis comentarios o para todo lo contrario: para que os identifiquéis conmigo y os suméis a mis locas peticiones para, entre todos, conseguir un Concurso tan bien hecho que ya yo no pueda escribir por no tener nada que criticar.

Mañana será otro día.