El presidente de EEUU, Barack Obama, estampa su firma en la orden de cierre de Guantánamo. / Afp
relevo en la casa blanca

Obama firma la orden de clausura de Guantánamo

El presidente de EEUU también prohíbe el uso de la tortura

WASHINGTON Actualizado: Guardar
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Barack Obama no ha esperado más para cumplir una de sus promesas electorales. En el segundo día de Presidencia ha firmado una orden ejecutiva para el cierre de la prisión de la base naval norteamericana de Guantánamo. Se calcula que la clausura se complete en un año. El mandatario ha firmado además otra orden ejecutiva que prohíbe la tortura y los malos tratos en los interrogatorios.

Las dos promesas más esperadas del Gobierno Obama comienzan a tomar cuerpo. El nuevo presidente de EEUU se ha estrenado en el cargo con dos prioridades claras: el cierre de Guantánamo y la retirada de las tropas de Irak. El principio del fin de Guantánamo se ha hecho efectivo en el segundo día de trabajo. Sentado en su mesa del Despacho Oval, Obama ha firmado además otras dos órdenes que prohíben la tortura y los malos tratos durante los interrogatorios y el encarcelamiento de los presos, y establecen un grupo de trabajo que elabore recomendaciones sobre el asunto.

Una cuarta orden se refiere de manera específica al caso de Ali al Marri, de origen qatarí y el único "combatiente enemigo" retenido en suelo estadounidense. Obama ha ordenado una revisión de su caso para determinar si este prisionero tiene derecho a presentar una demanda para exigir su libertad, una posibilidad que los tribunales de Estados Unidos han abierto a los presos del campo de detención de Guantánamo.

Decidido a ganar la lucha contra el terrorismo

Nada más estampar su firma en estas órdenes, y rodeado de una enorme expectación, Obama ha asegurado que con ellas "Estados Unidos tiene como intención proseguir la lucha actual contra el terrorismo", y que lo hará "de manera vigilante, efectiva y de acuerdo con nuestros valores y nuestros ideales". "Estamos decididos a ganar esta lucha, y ganarla en nuestros términos", apuntaba.

Sobre el cierre de Guantánamo ha explicado que no sólo cumple un compromiso que hizo durante la campaña, sino también un concepto que data de la fundación de EEUU, "que estamos dispuestos a respetar unos ciertos parámetros de conducta; no sólo cuando es fácil, sino también cuando es duro". El plazo para el cierre del centro de detención es de un año, durante el cual "estableceremos un proceso" para determinar cómo mejor proceder a su clausura.

La detención prolongada de supuestos terroristas y su permanencia sin juicio, aislados, en esa base naval, y sometidos en algunos casos a métodos de interrogatorio que pueden ser considerados como tortura, han sido durante años objeto de críticas de los aliados de Washington y de denuncias de los grupos defensores de los derechos humanos.

Promesa cumplida

Durante su campaña electoral, Obama prometió que cerraría el centro de detención creado en 2002 en la base de Guantánamo para acoger a los presos sospechosos de terrorismo capturados en su mayoría en las guerras en Afganistán y en Irak. A fines de ese año el entonces presidente George W. Bush estableció unos tribunales militares que debían juzgar a esos presos, calificados como "combatientes enemigos ilegales" y que según su Gobierno no estaban amparados por las convenciones de guerra de Ginebra ni por las leyes federales de Estados Unidos. Muchos de los detenidos actuales permanecen desde entonces sin que se les hayan presentado cargos o se haya fijado una fecha para su juicio.

El mismo día de su investidura, el nuevo presidente ya instruyó al secretario de Defensa, Robert Gates, para que pidiera a los jueces militares en Guantánamo la suspensión durante 120 días de los procesos contra los presos detenidos en esa cárcel, en la actualidad unos 250. Menos de 24 horas después, el coronel Patrick Parrish suspendía sin audiencia el proceso contra el ciudadano canadiense Omar Khadr, uno de los hombres que ha permanecido durante años recluido en Guantánamo sin juicio, que está acusado por la muerte en 2002 de un soldado estadounidense en Afganistán. Cuando fue capturado Khadr tenía 15 años.

Obama ha dejado claro que quiere marcar distancias de la forma de ejecutar la "lucha contra el terror" de la anterior administración desde un primer momento. El cierre de Guantánamo es una medida esperada por toda la comunidad internacional, especialmente por las organizaciones de defensa de los Derechos Humanos y los países de la Unión Europea, pero lo cierto es que los estadounidenses están divididos al respecto, según una encuesta que revela que casi la mitad de la población no comparte la decisión.

En concreto, el 51% de los estadounidenses ha asegurado apoyar el cierre del centro de detención, donde se estima que quedan unos 245 prisioneros, frente al 47% que se ha manifestado en contra de su clausura, según ha difundido la CNN.

Cita con la nueva secretaria de Estado

Aunque lo más importante de este segundo día de Presidencia ha sido la firma de esos decretos, Obama también ha dedicado parte de la jornada a reunirse con su equipo económico y sus principales asesores. También se ha desplazado, junto al vicepresidente Joe Biden y el consejero de Seguridad Nacional, James Jones, al Departamento de Estado para reunirse con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, que se ha estrenado en el cargo.

Tras ese encuentro, Clinton ha anunciado los nombramientos de los enviados especiales para Oriente Medio y para Pakistán y Afganistán, puestos que encabezarán, respectivamente, George Mitchell y Richard Holbrooke. La nueva jefa de la diplomacia estadounidense ha asegurado que esos dos enviados especiales ayudarán a EEUU en sus esfuerzos por conseguir "la paz y la estabilidad en esas dos regiones".

En su primera comparecencia ante la prensa, Mitchell, de 75 años y negociador para Irlanda del Norte bajo la administración del ex presidente estadounidense Bill Clinton, ha reconocido que el problema en Oriente Medio es "volátil, complejo y difícil", pero ha expresado su optimismo en poder lograr resultados. También Obama ha prometido implicarse "de manera activa y enérgica" en la búsqueda de una paz entre israelíes y árabes.

También Holbrooke, antiguo mediador estadounidense en el Pacto de Dayton que en 1995 puso fin a la guerra en Bosnia, se ha comprometido a hacer "todo lo que pueda" para lograr los objetivos de EEUU en Afganistán y Pakistán. Esos dos países, decía, "son muy distintos en su geografía y en su historia pero entremezclados en su composición étnica, geográficamente y en el drama político actual".