VUELTA DE HOJA

El cartel de 'completo'

La guerra ocupa todos los sitios libres, exige dedicación exclusiva. Ahí se va para matar o para morir y nadie puede llamarse a engaño, aunque les hayan engañado previamente con himnos, doctrinas y banderas. Una prueba de esta triste realidad es que tanto la benemérita Cruz Roja como la ineficiente ONU acusan a Israel de impedir sus cometidos en Gaza. «No molesten, estamos matando palestinos», es el letrero invisible que han puesto antes de instalar el que pone Completo.

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Como han prohibido la entrada de periodistas dispuestos a jugársela de rebote, no podemos llevar la contabilidad de los muertos y nos dedicamos a llevar la de parados. Ya vamos por los tres millones, que se escribe pronto. Cada uno es cada uno, con su frustración a bordo, pero esa cuenta no es exacta, porque cada uno son cuatro, si es cierto el cómputo familiar. Un proceso que, de seguir el mismo ritmo, será insostenible. Como no nos han puesto todavía un tercer cartel donde se diga: «Es peligroso asomarse al exterior», solo nos queda compadecer a la nación que aporta más víctimas, aunque reconozcamos el permanente agravio sufrido por los invasores. «Siempre tiene razón el sufrimiento» y no sólo por algo, sino por todo, la ONU ha decidido suspender la ayuda a Gaza y la Cruz Roja acusa a los militares de violar las leyes de asistencia humanitaria. Ya van 800 muertos mal contados, porque mañana serán más. De ellos, más de 200 son niños. ¿Cómo vamos a ser partidarios de unos o de otros?, sobre todo de unos.

Tampoco lo somos de esos otros que fijan letreros en los autobuses que niegan o afirman la existencia de Dios. Lo que queremos es que sean puntuales y nos conduzcan sin riesgo hasta la parada que les indicamos. Dios es un enigma y una esperanza para otros. No se le debe traquetear en trayectos cortos.