CUIDADO. Los padres deben hacerse responsables de controlar los materiales de los juguetes. / L. V.
Sociedad

En Canadá, ya han saltado las alarmas Juegos que matan

Nueve de cada diez juguetes de los que se regalan en estas fechas, acabarán en el vertedero, junto con baterías y metales pesados que contaminan

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A juguete puesto, juguete muerto. Nuestros peques renueven su parque juguetero a velocidad de vértigo, y la pasión por los nuevos hace que olviden y desechen sin contemplaciones los juguetes viejos. Unos juguetes que en muchos casos son aparatos con tecnología compleja y baterías altamente contaminantes que no reciclamos de manera adecuada. Hasta un 90% de esos viejos cacharros que los hogares españoles acumulan en cajones, armarios y alacenas irán al cubo de la basura y desde allí a los vertederos. A casi nadie se le pasa por la cabeza que esos juguetes tecnificados, muy a menudo elaborados con plásticos de muy lenta degradación y con presencia de ftalatos, acabarán siendo un foco de contaminación, en especial en las grandes ciudades. Nos lo recuerda la Federación Española del Reciclaje (FER), que ha echado números y quiere además concienciarnos de la mejor manera de tratar estos residuos.

La FER propone una serie de consejos prácticos para que grandes y pequeños tomemos conciencia e incrementemos ese pobre 10% de juguetes que sí reciclamos. Se trata de comprender que los juguetes viejos «son residuos que precisan de un reciclaje adecuado», más «desde que juegos electrónicos como videoconsolas o muñecos con pilas ganan terreno a los tradicionales rompecabezas y peluches».

Según la FER, la importancia de reciclar estos juguetes «tecnológicos» se evidencia con las últimas cifras de ventas.

Durante 2007 las ventas de este tipo de juguetes y aparatos crecieron casi un 18%, cifra que muy previsiblemente se superará cuando se cierre la campaña y se disponga de los datos de 2008.

Metales

La patronal del reciclaje alerta del peligro que conlleva para el medio ambiente el vertido incontrolado de algunos de estos juguetes electrónicos. Entre sus muchos componentes puede haber metales como el cadmio, mercurio o plomo, altamente contaminantes y presentes sobre todo en pilas y baterías. Al entrar en contacto con el suelo y el agua, pueden dañar el entorno. Resulta así crucial retirar pilas y baterías y entregarlas de forma separada en los puntos de reciclaje. Pero la FER nos recuerda que no sólo debemos ser cuidadosos con los juegos electrónicos y que son muchos los juguetes desechados en la basura y que merecen reciclarse. Juguetes menos sofisticados pero tan populares como bicicletas, patines o coches en miniatura necesitan un tratamiento adecuado. Sus componentes metálicos -acero, cobre y aluminio- son susceptibles de ser reutilizados. De su correcto reciclaje se obtendrán materias primas básicas, cada vez más difíciles de encontrar de manera natural por la sobreexplotación de las minas.

Se aconseja que antes de desechar los juguetes en los contendedores tradicionales, nos planteemos la posibilidad de depositarlos en los Puntos Limpios que los ayuntamientos tienen repartidos en casi todas las poblaciones. Son espacios situados por lo general en las afueras de las ciudades, de modo que el transporte de los residuos hasta estos recintos correrá a cargo del usuario. Si no se puede acceder a estos espacios, se recomienda llevar los juguetes a cualquiera de las chatarrerías más cercana al domicilio, establecimientos en lo que es incluso posible obtener un mínimo pago al esfuerzo del ciudadano.

Si el desplazamiento es la excusa para no mantener la cadena de reciclaje, la FER recuerda que también existen las recogidas a domicilio.