Con un pan bajo el brazo

El pequeño José María Morón acaba de nacer y ya se ha convertido en el jerezano más fotografiado del año que comienza. Puntual como un reloj, su alumbramiento estaba previsto para el 1 de enero y fue justo ese día cuando su madre, Antonia González de Quevedo, lo trajo al mundo, sólo que con una peculiaridad: fue el primero en nacer en 2009.

A las 02.55 horas se produjo el feliz acontecimiento en el Hospital del SAS, como relató a LA VOZ la propia Antonia, tras haber ingresado el miércoles 31 de diciembre a las 18.30. «Vine por urgencias porque tenía la fuente rota y pequeñas contracciones, y a las 21.00 ya me pasaron a la sala de Dilatación hasta que más tarde me trasladaron al paritorio, y allí lo tuve por parto natural».

Un niño sano de pelo castaño, que pesó 3,650 kilogramos y que según su familia se muestra tranquilo y con ganas de dormir a todas horas. La madre primeriza, de 28 años, lo presenta con orgullo aunque confiesa que hubiera preferido que fuera el último nacimiento de 2008, y no el primero del año nuevo. «Yo quería que naciera el 30 de diciembre porque es el día de mi cumpleaños, pero bueno ha nacido hoy (por ayer) y la verdad es que ha sido muy bonito para su padre y para mí, que nos casamos el año pasado y es un niño muy deseado».

Aunque el progenitor, José María Morón, no se encontraba presente en el momento de la entrevista, su esposa contó cómo acudió al parto, estuvo en todo momento pendiente de ella y se tomó incluso las uvas en el centro sanitario, acompañado de numerosos familiares. «Fue muy especial, porque todos se tomaron las uvas con una copita en la sala de espera y luego, a pesar de que en el paritorio no dejan entrar a nadie, pudieron venir a felicitarme el año nuevo».

Dificultades laborales

Antonia recuerda que sufrió muchos dolores, pero resalta que lo más importante es que el primer nieto por parte de las dos familias ya se encuentra en el mundo. Un pequeño que seguro traerá la suerte que necesitan sus padres, después de que hayan pasado ciertos apuros laborales. Mientras que ella es administrativa, José María se dedica a la construcción y hace poco que volvió a trabajar «después de un parón», por lo que confían que sacar adelante al recién nacido sin mayores problemas.

La abuela paterna, Juani Pérez, no cabía en sí de gozo y resaltaba lo «dormilón y bueno» que ha resultado ser su nieto. Todos mostraban una alegría difícil de ocultar, no sólo por el niño sino también por el buen estado en el que se encuentra la madre. Antonia, por su parte, pretende darle el pecho y espera poder hacerlo lo antes posible en su casa de Jardines de Vesta, en Puertas del Sur, ya que al no haber sido sometida a cesárea su alta médica será rápida. Sólo queda desearles suerte y que críen con salud a esa pequeña vida que empieza.

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