ÍDOLO CAÍDO. La velocista Marion Jones, víctima del dopaje. / EFE
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Las sanciones por dopaje serán más flexibles en 2009

Las sanciones por casos de dopaje serán más flexibles a partir del próximo 1 de enero, cuando entre en vigor la nueva normativa internacional, que recoge para una primera infracción desde un aviso a cuatro años de suspensión. El Código Antidopaje revisado tendrá en cuenta nuevas variantes y favorecerá la reducción del castigo si el deportista reconoce haber recurrido a sustancias o prácticas irregulares.

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La normativa válida hasta ahora coordinó las sanciones entre atletas de distintos países, con el objetivo de que un velocista estadounidense y un levantador de pesas búlgaro, por ejemplo, tuvieran una respuesta equiparable ante un positivo de similares características. Ese código, que recogía hasta el momento una suspensión casi automática de dos años en caso de un primer positivo y de por vida si había reincidencia, fue revisado para incluir circunstancias agravantes y atenuantes.

«Ya basta de que alguien que comete una infracción relativamente menor reciba la misma sanción que un deportista hinchado a esteroides», comentó Dick Pound, entonces presidente de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), cuando se estudió la revisión del código en noviembre de 2007. A partir del primer día de enero, las penas serán más flexibles, y en el caso de un primer positivo podrán ir desde un mero aviso a cuatro años de suspensión.

Si un deportista demuestra que ha tomado un medicamento prohibido sin buscar la mejora de sus resultados, podrá recibir una advertencia, o dos años de suspensión, dependiendo del producto detectado. Por contra, quien esté implicado en un sistema de dopaje generalizado o intente disimular una violación de las normas podría ser apartado de la competición cuatro años.

Las nuevas normas buscan también incentivar que los infractores reconozcan su culpa. Una falta confesada antes de que la violación haya quedado constatada puede conllevar una reducción de la sanción, en principio de la mitad, e incluso se pueden suprimir tres cuartas partes del tiempo de inhabilitación si hay una ayuda sustancial a las instancias antidopaje.

Otro punto que ha sido polémico en los últimos años es el número de controles a los que tiene que faltar un deportista para recibir una sanción. Esta violación, que conllevó en 2007 la exclusión del Tour de Francia del danés Michael Rasmussen cuando iba líder, está fijada en tres controles perdidos en un plazo de dieciocho meses.

El código ha sido aceptado por las 35 federaciones de las disciplinas olímpicas y ratificado por más de un centenar de países. Ahora queda lo más difícil, que es aplicarlo con éxito y terminar con las dudas de varias federaciones y países sobre algunos de sus puntos.