Ciudadanos

Con las vergüenzas al aire

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El sistema judicial ingresó este año en las urgencias sociales tras años de una larga enfermedad, que los más pesimistas auguran crónica. El análisis judicial de los últimos 12 meses vividos en esta provincia pasa por la muerte de una pequeña en un lugar más allá de estas fronteras, aunque cercano. La niña Mariluz y las circunstancias que rodearon la situación penitenciaria de su presunto asesino fue el golpe definitivo al castillo de naipes de un sistema necesitado de profundas reformas. Se cierra 2008 con la judicatura casi en pie de guerra -lo nunca visto- y con amagos, rumores o advertencias veladas de huelgas. Pero su primer órdago lanzado al Gobierno, al que cogieron de sorpresa mostrando públicamente las debilidades de un pilar básico de esta sociedad -recordemos a la jueza decana de Cádiz dando a conocer los más de 6.500 asuntos sin resolver que arrastraban los juzgados gaditanos de lo Penal por el mes de marzo-, ha recibido como respuesta el anuncio del ministro Bermejo -fiscal de profesión- de más mano dura en las sanciones disciplinarias contra los jueces. Quizás en 2009 consigan que el debate sobre el estado crítico de la Justicia tenga calado en una sociedad que los mira con recelo.

Un inocente perdido en la cárcel de Topas

De errores también sabe Rafael Ricardi Robles, quien soportó el peor de todos: la condena a un inocente. Pero su caso no quedó sepultado en una pila de expedientes, ni tampoco hubo un desarrollo anormal del sistema, fue víctima de una identificación errónea. Eso le llevó a vivir 13 años de soledad entre rejas y sólo dejó de ser un interno más cuando la Policía desveló que habían arrestado a los verdaderos culpables. A partir de entonces, los anhelos de relevancia de algunos lo empujaron a que fuera ejemplo de la justicia de los pobres. Cuando en realidad, ese mismo sistema 'perverso' es el que ahora revisa su condena y que previsiblemente lo declarará inocente. La atrocidad de este caso ha dejado para 2009 preguntas esenciales sin respuestas como saber las condiciones en las que se autoinculpó o si pudo evitarse que la víctima errara al señalarlo por dos veces.