SU ÚLTIMA MIRADA. Benazir Bhutto, momentos antes de ser asesinada en el mitin electoral que encabezó en Rawalpindi. / AFP
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Pakistán todavía llora por Bhutto

Pakistán continúa en manos del terrorismo cuando se cumple un año del brutal atentado que costó la vida a su histórica líder Ninguna investigación ha desvelado ni las causas ni los culpables

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«Los dictadores y asesinos la consiguieron quitar de en medio físicamente, pero jamás lograrán hacernos borrar del corazón de los paquistaníes su memoria y forma de pensar». Asif Alí Zardari se encuentra en Larcana, cuartel general de la familia Bhutto al sur de Pakistán, y en las próximas horas será el encargado de encabezar la procesión multitudinaria que rendirá homenaje a su esposa. El viudo de Bhutto es ahora también presidente y por ello se han reforzado las medidas de seguridad ante el riesgo de un ataque terrorista. El mausoleo en forma de Taj Mahal, situado en Garhi Khuda Bhuksh, ha sido rodeado por un muro y se ha desplegado a más de 7.000 policías en esta pequeña aldea agrícola, donde se espera la presencia de cientos de miles de seguidores de la asesinada líder del Partido Popular de Pakistán (PPP).

Doce meses después del asesinato siguen sin despejarse las incógnitas que rodearon la muerte de la primera mujer que dirigió un país musulmán como primera ministra (1988-1990 y 1993-1996). Ni las causas, ni los culpables. No hay absolutamente nada claro pese a la colaboración estrecha de agentes de Scotland Yard, que permanecieron varios días en Islamabad a comienzos de año pero que no pudieron aportar nada nuevo. La única esperanza para muchos es el trabajo que lleva a cabo la comisión internacional de investigación de Naciones Unidas, aprobada el pasado agosto.

Amnistía Internacional destaca en un informe reciente que «el aniversario marca la fracasada respuesta del Gobierno a los ataques» y reclama a Zardari que ordene una investigación «verdadera, transparente e independiente de los asesinatos políticos como el de Bhutto y de los ataques suicidas», que en 2008 ya se elevan a cincuenta, según las agencias locales. El organismo internacional también solicita a los actuales dirigentes que «controlen a las agencias de inteligencia» para evitar violaciones de los derechos humanos y que aplique medidas antiterroristas dentro de un marco legal y alejadas de «detenciones secretas y arbitrarias».

Benazir, que significa 'única', había regresado dos meses antes al país tras un exilio voluntario de ocho años y su intención era hacerse de nuevo con las riendas del PPP para erigirse en primera ministra por tercera vez en su vida. Fue recibida en Karachi con el mayor atentado de la historia de Pakistán, en el que murieron 130 personas. Bhutto apuntó abiertamente a los servicios secretos (ISI) como responsables del ataque. Unas semanas más tarde, tras concluir un mitin en Rawalpindi, a muy pocos kilómetros de Islamabad, no tuvo la misma suerte y perdió la vida en una nueva acción terrorista que sumió al país en un caos sin precedentes en sus sesenta años de historia. Nueve meses más tarde, el presidente Pervez Musharraf dejaba su cargo y el viudo de Benazir, Asif Alí Zardari, ocupaba su asiento.

Homenajes

Programas especiales en las televisiones, suplementos en los periódicos y hasta una nueva moneda de diez rupias con el rostro de la hija del fundador del PPP, Zulfiqar Alí Bhutto, recuerdan a Benazir en un país sumido en la incertidumbre. Por un lado, los recientes atentados de Bombay del pasado 26 de noviembre y la supuesta implicación en ellos del grupo paquistaní Lashkar-e-Taiba volvieron a aumentar las tensiones con la vecina India.

Por otro lado, la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca y su intención de dar prioridad a la guerra en Afganistán amenaza con complicar más las cosas en la inestable frontera norte del país.