ILUSIONADO. Matxin, en la nave donde guarda el material del equipo, está esperanzado con su nuevo proyecto. / CELEDONIO
CICLISMO

La reconstrucción de Matxin

El 17 de julio supone un antes y un después en la vida de Josean Fernández Matxin. Hasta esa fecha era el director de un equipo ciclista que, partiendo casi de cero, había crecido hasta conseguir sus mayores éxitos en la mejor carrera del mundo, el Tour de Francia. Ese día dio paso a los cinco meses más complicados de su carrera profesional. Y todo por culpa de una palabra maldita en el mundo del pedal: dopaje. La caída de Ricardo Riccò arrastró al abismo al Saunier Duval, y a la vez, desde allí abajo, se inició un proceso de supervivencia de un grupo de profesionales que tras muchos vaivenes, momentos críticos y largas esperas, ha visto la luz para la presente temporada bajo una nueva denominación: Fuji-Servetto.

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Esta es la historia de la caída y la reconstrucción de un proyecto que ha cambiado de colores, del amarillo al azul, pero que se presenta para 2009 con el espíritu de siempre. «Seremos el mismo equipo batallador, inconformista y ambicioso de siempre. Que nadie dude de que se nos va a ver en la carretera». Palabra de Matxin.

A dos semanas para que termine el año, en el almacén del nuevo equipo todavía reina la improvisación. El material no llega hasta los últimos días de 2008 y los vehículos todavía no lucen en su carrocería las siglas de los nuevos patrocinadores. El director de Basauri es consciente de que el comienzo de año va a ser complicado por el retraso -«arrancaremos un poco en precario»-, pero después de lo que ha vivido desde el pasado Tour de Francia, lo más importante ya se ha conseguido: tener un nuevo patrocinador y poder continuar en la carretera con un equipo ProTour. Mientras se ultiman los detalles, Matxin explica la locura en la que ha vivido los últimos meses.

La salida del Tour tras el positivo de Ricardo Riccò fue la sentencia de muerte para el patrocinio de la empresa, y puso en la picota a todo un equipo ciclista. «Cuando pasó todo me planteé la situación de dejarlo o seguir. Tuve ofertas importantes de otras cosas y piensas en abandonar. Hasta que miras a la gente que está en el equipo y te das cuenta de que si tú no luchas por ellos, nadie lo va a hacer. Así que decidí seguir adelante, echarme más carga encima, más presión y más compromiso con la gente que se lo merece y que ha hecho que este equipo fuera adelante. Por ellos decidí asumir la carga de buscar algo, pese a sufrir palos como la marcha de la marca Scott, que fue lo más inesperado».