ALEGRÍA. Higuaín celebra el único tanto del partido. / EFE
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El Real Madrid se reencuentra con la victoria en Liga tras tres derrotas

El gol conseguido por Higuaín a los dos minutos bastó para superar al Valencia Los de Juande Ramos defendieron la renta y tuvieron ocasiones a la contra

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El Real Madrid puso fin a la racha de tres derrotas consecutivas en Liga con la victoria por la mínima ante el Valencia. Juande Ramos debutó en el Bernabéu en Liga dejando a Raúl en el banquillo y apostando por Drenthe y Robben en los extremos.

Del Horno había pregonado durante toda la semana que sabría parar al extremo madridista. Ambos futbolistas habían coincidido en el Chelsea y el lateral vasco se mostraba convencido de su capacidad para anular a Robben. Pues bien, su teoría se desmoronó a los dos minutos de partido, tiempo que necesitó el jugador holandés para coger el balón, galopar por la banda derecha, encarar y zafarse con suma facilidad de Del Horno y Marchena con tiempo suficiente para dejar un balón franco a Higuaín que de gran disparo batía a Renan.

Robben volvió a desprenderse del marcaje del lateral zurdo y obligó al meta valencianista a despejar a córner su disparo. El holandés volvió loco a la zaga rival. Sacó de quicio a Marchena, que desplegó un fútbol rudo y marrullero, y desesperó a Del Horno que en una contra realizó una fea entrada que el árbitro castigó con amarilla pero que bien pudo costarle la expulsión. Eran los mejores minutos de los locales que pudieron culminar con el segundo gol, pero el Van der Vaart se estrelló en el poste.

Sin embargo, el equipo de Juande Ramos reculó. Permitió al conjunto ché mover el balón y triangular con tranquilidad. Esto permitió a Villa entrar en contacto con el esférico y tener oportunidades de gol. Ahí comenzó un interesante duelo entre el delantero asturiano y el cancerbero blanco. Hasta tres claras ocasiones tuvo el ariete, y otras tantas veces las desbarató Casillas. Pero el Madrid renunció al ataque mediada la primera parte y confió su suerte al peligro de sus contragolpes potenciados por la velocidad de Robben.

Los equipos salieron en la segunda mitad con el mismo planteamiento. El Valencia dominaba y el Real Madrid buscaba matar el partido al contraataque. Joaquín se contagió del juego de su homólogo holandés y superaba a Marcelo en cada internada que realizaba.

La zaga merengue, con 26 tantos, es una de las más goleadas y el equipo de Emery se aprovechó de esa circunstancia para merodear por las inmediaciones de Casillas sin oposición alguna. La gran ocasión del empate fue para Baraja, pero el meta blanco volvió por sus fueros y con una magnífica parada y la ayuda del palo evitó el gol.

A los 20 minutos, Marchena vio la segunda amarilla por una falta a Robben. Con un hombre más, Higuaín tuvo varias oportunidades de finiquitar el choque. El Valencia no se rindió y a la desesperada quemó las naves. Silva y Vicente entraron en busca de la épica. El encuentro estaba roto. No existía el centro del campo y las jugadas de peligro se multiplicaban. Albiol debió ser expulsado por un codazo al canterano Palanca que le provocó una brecha. La corta ventaja del resultado provocó la incertidumbre en el Bernabéu hasta el final, pero los puntos se quedaron en Madrid.