LA RAYUELA

Entrenosotros

Con la que está cayendo en cada casa a cuenta de la recesión económica comprendo que es difícil pensar en los inmigrantes, aunque globalmente estén cargando con lo peor de ella. A los que nos criamos con el santoral cristiano nos priva ese otro santoral laico que son los días que la ONU dedica a las causas humanitarias (las que nos permiten reconocernos como tales humanos). Y este Organismo internacional dedica el día 18 de diciembre a los migrantes; a recordar al mundo esos nuevos parias de la tierra en busca de la tierra prometida por todos los profetas: la tierra donde el maná (caído del cielo) colme el hambre ancestral de generaciones de escasez y miseria.

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Antes, los parias eran los proletarios (dueños únicamente de su prole). Ahora, en las sociedades modernas como la nuestra, hablamos de infraclases para referirnos a los que como los inmigrantes, los mayores sin recursos, los enfermos crónicos, drogodependientes o las personas sin techo están en los límites de la exclusión social. Muchos de ellos están estos días de Navidad lejos de los suyos, algunos vagando por los campos de Jaén o Huelva en busca de un jornal y durmiendo, con la rasca que cae, en tiendas de campaña y en polideportivos.

Pero, afortunadamente hay una inmensa mayoría, al menos en Andalucía, que ha conseguido encontrar un lugar al sol en esta tierra. Muchos de ellos, más de lo que los prejuicios dejan ver, son profesionales que trabajan como médicos y enfermeras en los hospitales del SAS, son ferrallistas y encofradores de las nuevas autovías y líneas de alta velocidad, son comerciantes con tiendas de barrio o detentan y trabajan en restaurantes étnicos. Son en definitiva nuevos andaluces que se han sumado al ya de por sí, rico mestizaje de nuestra cultura e identidad.

La reforma de la ley de Extranjería que el Consejo de Ministros aprobó el viernes, aunque aumenta el límite de los días de retención como tributo a la política de la UE, globalmente supone una ampliación de los derechos de los inmigrantes que están «entrenosotros», sobre todo para los indocumentados o sin papeles, que sin duda ayudará a conseguir la integración en la normalidad de estos ciudadanos, que como nos recuerda la ONU tienen, como cualquier ser humano «el derecho de migrar».

Andalucía ha sumado a su población un importante contingente de hombres y mujeres de todos los continentes en muy poco tiempo sin que se modifique sensiblemente el altísimo grado de aceptación de los andaluces, viejos emigrantes, hacia los recién llegados. Con la idea de contribuir a eliminar prejuicios en estos tiempos de crisis e ir sembrando una nueva visión de estos andaluces, la Junta de Andalucía, a través de la Dirección General de Políticas Migratorias, ha puesto en marcha un foro de encuentro que se acompaña de una exposición fotográfica. Unas imágenes que cuatro fotógrafos andaluces han entresacado del nuevo paisaje urbano de nuestros pueblos y ciudades. Las fotos están expuestas en el Museo Arqueológico de Jerez, en pleno Barrio de San Mateo, la cuna jerezana del cante, un barrio para descubrir entre bodegas, iglesias y los restos del esplendor barroco de viejos palacios. Un plan alternativo a las insufribles compras en entontecedores y estresantes grandes almacenes. Si no se anima ahora, podrá verla más adelante en Cádiz o Algeciras. Pero no se la pierda. Feliz Navidad.