Cultura

La primera serie 100% de Cádiz

Blueside presenta 'Jindama', un proyecto audiovisual realizado íntegramente en la ciudad que se inspira en formatos como 'Prison Break' o 'Perdidos'

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Un diputado a Cortes entra de forma clandestina en la Cádiz sitiada por el ejército francés. Su barco atraca en el puerto, pero nadie aventura la importancia de la carga que guarda en sus bodegas. Don Alonso Torres traía con él un misterioso pasajero que también logró eludir el cerco. Dos siglos después, en una ciudad que celebra los fastos de la primera constitución liberal, una serie de extraños sucesos desata el caos. El pasado y el presente se entremezclan hasta tejer una red compleja de crímenes y violencia, en la que la acción y la intriga rompen de lleno en la tranquila existencia de un grupo de gaditanos sin aparente relación entre sí. La aventura, servida en formato catódico, está a punto de empezar.

Se trata del argumento de Jindama, la primera serie de ficción 100% gaditana, presentada ayer en Diputación en el marco de las actividades de conmemoración del bicentenario de La Pepa. La iniciativa corre a cargo de la joven productora local Blueside, empeñada en «crear productos de calidad que huyan de fórmulas convencionales y saturadas, capaces de enfrentar las nuevas formas de narración televisiva y aplicar los últimos avances tecnológicos en materia audiovisual», según explicó José Manuel Prada, uno de los directores de la propuesta.

La idea, de entrada, era muy difícil de resolver: había que explicar a un público joven, «habituado a la rapidez de estímulos de los videojuegos y con escasa afición a la lectura», qué ocurrió en el Cádiz de 1808, pero hacerlo con recursos del siglo XXI y sirviendo con «el suficiente rigor a la historia como para que cualquiera que ya la conozca, se sienta satisfecho con la idea que aportamos».

Al modo americano

Para ello, los responsables de la producción no han escatimado medios a la hora de utilizar fórmulas narrativas empleadas con éxito en productos norteamericanos de primer nivel. «Aquí se apuesta mucho por el documental, que es un formato de gran calidad, pero que llega a un público muy limitado. Nosotros creemos que la ficción es un camino más rápido, asequible para una audiencia más amplia, sobre todo si reconocemos y asimilamos influencias de series como Prison Break o Perdidos, aunque adaptándolas a nuestra propia manera de ver las cosas».

El espectador distingue rápidamente las localizaciones de la acción: el Hospital Puerta del Mar, Puerta Tierra, la Plaza de España... Los personajes también son ciudadanos de andar por casa, pero que evitan inteligentemente el tópico. Aquí no hay graciosos de cliché, ni andaluces impostados, ni buenos de cómic, ni malos sin matices, y nadie hace chascarrillos a las primeras de cambio, porque «ser gaditano es mucho más que eso, así que nos referimos a la vida de la ciudad con elementos que todos reconoceremos enseguida, pero evitamos su imagen más encasillada».

Tiros y persecuciones

En los primeros minutos del capítulo piloto ya queda claro que se trata de Cádiz. El protagonista, Alex, es un joven que se plantea abandonar la ciudad por la falta de expectativas laborales. En el Hospital, las enfermeras hablan como toca, hay quillos y eses aspiradas, paro y cierta sensación de decadencia. Aún así, los personajes son complejos y se alejan de los estereotipos. Sus vidas y sus problemas se van cruzando a lo largo de la trama. Un historiador, un joven acusado de asesinato, la encargada de un bar y un oficial de policía al borde del despido se ven involucrados en resolver el misterio.

Gracias al flash back y al montaje fragmentario, el espectador salta de un personaje a otro, todos ellos situados, al principio, en diferentes contextos temporales. Un falso médico inyecta a un enfermo una extraña sustancia en el suero. Una niña comienza a comportarse de forma muy extraña. Un fugitivo se refugia en una habitación de hotel. Una joven enfermera sufre una vertiginosa persecución por los pasillos, semi a oscuras, del Puerta del Mar. Poco a poco, lo que parecen episodios inconexos comienzan a cobrar sentido.

Salto cualitativo

La idea supone un salto cualitativo en el panorama audiovisual gaditano. «Se puede hacer una serie comercial y a la vez de calidad en la provincia. Sobre el misterio que sustenta la trama, se habla de temáticas modernas, como la transversalidad o la igualdad de género», defienden sus responsables. El rigor histórico, como elemento fundamental del formato, queda a cargo de un completo equipo de asesores: historiadores, lingüistas, sociólogos, que han cuidado hasta el último detalle, para que la faceta ociosa y la divulgativa encajen perfectamente. «Estamos seguros de que el público aprenderá muchos de los valores que quedan recogidos en La Pepa, y casi sin darse cuenta», apuntaba José Prada.

Ayer y hoy

La serie hace patente la relación que tiene «nuestro pasado común con nuestra vida actual, por más remoto que éste sea». Federico Pérez Peralta justificó el apoyo de la Diputación a la iniciativa como una forma más de «seguir manteniendo vigentes el conjunto de ideas que alumbró la Constitución de 1812: la libertad, la igualdad, o los primeros derechos civiles». La Oficina del Bicentenario ha elegido el proyecto para la promoción del evento por considerarlo «un producto competitivo que, además, puede constituir un revulsivo para los jóvenes creadores de Cádiz».

La segunda entrega ya se encuentra en fase de pre producción. Enrique Medina, codirector del proyecto, aseguró ayer que Blueside negocia con varias televisiones el desarrollo y emisión de los 13 capítulos inicialmente estipulados. «Estamos esperando para ver hasta dónde llega el contrato y hacer así una planificación precisa, también presupuestaria, del trabajo que nos queda por delante», explicaba Enrique Medina.

De momento, para conocer la verdadera cara del extraño pasajero que viajaba junto a Don Alonso Torres y desentrañar el misterio que llegó a Cádiz junto con la Constitución, habrá que esperar todavía un tiempo. Nada mejor para avivar la intriga.

dperez@lavozdigital.es