Cultura

Dos imprescindibles

El sello Nuevos Medios reedita títulos fundamentales de Vainica Doble y La Mode procedentes de su notable fondo de catálogo

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Golpes Bajos (A Santa Compaña; 1984), Pata Negra (Blues de la Frontera; 1988), Ray Heredia (Quien no corre, vuela; 1991) y Tete Montoliu y Jordi Sabatés (Vampyria; 1974) simbolizaron, cada uno en su momento, el valioso bagaje y plural enfoque de la etiqueta Nuevos Medios. Hace unos meses, los cuatro títulos volvieron a acaparar protagonismo de la mano de una primera tanda de reediciones que celebraba los veinticinco años de vida del sello madrileño, fundado y dirigido desde entonces por Mario Pacheco. Su gestión y visión convirtió a Nuevos Medios en una marca crucial en el nacimiento y expansión de modelos como el nuevo flamenco, en la irrupción o recuperación de destacados nombres del pop español como Vainica Doble, Golpes Bajos o La Mode y en la distribución de prestigiosos sellos extranjeros como ECM, Fantasy o World Circuit. El segundo lote de recuperaciones de su catálogo llega ahora protagonizado por El eterno femenino (1982) de La Mode y Taquicardia (1984) de Vainica Doble, dos trabajos que definen tanto la exquisita filosofía del sello como el papel que sus respectivos autores jugaron la historia del pop español.

Después de su etapa con Kaka de Luxe o Paraiso, Fernando Márquez El Zurdo aplicó una nueva vuelta de tuerca a su excéntrica personalidad con La Mode. Secundado por Mario Gil (más tarde en Un Pingüino en mi Ascensor) y Antonio Zancajo, El Zurdo se decantó por un pop sofisticado y culto cuya plasmación definitiva fue El eterno femenino. Envueltas en una portada hija de su tiempo firmada por Montxo Algora, canciones como Cita en Hawaii, Mi dulce geisha, El único juego en la ciudad, la propia El eterno femenino o la explícita y seminal Aquella canción de Roxy - dedicada a Roxy Music, una de sus primordiales influencias- expusieron esa certera combinación de ingeniosas e irónicas letras, dominantes sintetizadores y elegantes voces a modo de particular reflejo del pop neoromántico. Un carismático título convertido en ácido y glamouroso cronista de un Madrid recién conectado a la modernidad.

Por su parte, Taquicardia pareció poner punto y final a la trayectoria de Vainica Doble, una de las más extraordinarias propuestas surgidas de la crónica del pop español. Aunque el desafortunado Carbono 14 (1997) y un En familia (2000) que transmitió el último suspiro de Carmen Santonja llegaron luego para aplicar definitivo cierre, Taquicardia se encargó de marcar antes otra de sus cumbres creativas. Santonja y Gloria van Aerssen ya habían dejado numerosas muestras de su clarividencia en discos como Vainica Doble (1971) o Heliotropo (1973) y este Taquicardia subrayó su vigencia a través de un doble álbum con dieciséis canciones -aquí están El niño inseminado, La funcionaria, Un siseñor o Darío, el gigante, dedicado a Jaime de Armiñán-, en cuyas melodías quedaba compendiada magia y sabiduría del dúo.

Edición remasterizada

Sus conmovedoras voces y letras arropadas por la dirección musical de Ángel Muñoz Alonso (El Reverendo) dieron sentido a un trabajo que hoy sigue sonando prodigioso y que ahora, al igual que El eterno femenino, regresa por la puerta grande, en cuidada edición remasterizada en digipack, listo para reforzar su puesto entre los imprescindibles del pop español.