Imagen de archivo de una factoría de Ford en Estados Unidos.
crisis financiera mundial

La Cámara de Representantes aprueba las ayudas al sector del automóvil, con la oposición de los republicanos

El Senado podría bloquear la aprobación del proyecto de ley

WASHINGTON Actualizado: Guardar
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La Cámara de Representantes ha aprobado el acuerdo para ayudar al sector del automóvil con 14.000 millones de dólares. Ese dinero está destinado a General Motors y Chrysler, ya que Ford cuenta con más liquidez para aguantar la situación, aunque podría acogerse a las ayudas en un futuro. El plan de rescate se ha acordado con la oposición republicana, por lo que es posible que el dinero no llegue finalmente a los fabricantes de automóviles.

El senador republicano por Luisiana, David Vitter, uno de los más opuestos al acuerdo, ha calificado de ilógico el proyecto de ley. "Nuestra reacción es bastante sencilla. Creo que el estadounidense medio diría: '¿Qué? ¿No es eso poner la carreta antes que el caballo?'", ha dicho Vitter, quien ha añadido: "¿14.000 millones de dólares y después, cuando ya ha salido, veremos un plan de reestructuración detallado?". Ha advertido que "utilizaré cualquier procedimiento disponible para exigir un proceso de enmiendas en el Senado y para retrasar y bloquear la medida".

La iniciativa, que trata de evitar el colapso de la industria automotriz, ha sido aprobada por 237 votos a favor y 170 en contra. Ahora, esperan que el Senado de su visto bueno al proyecto de ley, algo que no está claro, ya que los demócratas necesitan 60 votos para que salga adelante, y sólo cuentan con 50 senadores. Además, algunos legisladores demócratas también han expresado sus dudas sobre la iniciativa. Los demócratas tenían pensado votar hoy en la Cámara de Representantes el proyecto de ley, pero la incertidumbre sobre su aprobación por el Senado ha dejado de momento la iniciativa legislativa en el limbo.

A la espera de que llegue ese pronunciamiento, el presidente electo de EEUU, Barack Obama, ha afirmado que el país no puede permitirse la quiebra de las principales empresas automovilísticas. En una rueda de prensa en Chicago para anunciar el nombramiento del ex líder demócrata en el Senado Tom Daschle como su secretario de Salud Pública, Obama ha asegurado que el conjunto de medidas para rescatar a los grandes del motor es necesario, pero al mismo tiempo se debe garantizar "los intereses de los contribuyentes".

De los 14.000 millones de dólares en ayudas acordado por los demócratas y la Casa Blanca, 10.000 millones irán a parar a General Motors, mientras que los 4.000 restantes serán recibidos por Chrysler, ya que es lo que han manifestado que necesitan para acabar el año y cubrir sus operaciones del primer trimestre de 2009.

Estricto control

Estas ayudas no son un cheque en blanco para los fabricantes de automóviles, ya que el proyecto de ley establece un estricto control sobre las compañías que acepten el dinero público, según informa la cadena de televisión CNN. Por ejemplo, los salarios de los directivos de las empresas estarán limitados y se prohibirán las generosas compensaciones que reciben en caso de terminación de contratos. Además, GM y Chrysler tendrán que eliminar su flota de reactores corporativos y no pagarán dividendos mientras los préstamos no hayan sido cancelados.

Asimismo, el proyecto de ley recoge el nombramiento de un 'zar' que supervisará la reestructuración de las empresas y que puede obligar a la devolución de los préstamos si no cumplen con los planes, lo que las llevaría a declararse en suspensión de pagos. El nombramiento de esta figura tendrá que hacerse antes del 31 de marzo y tendría poder para vetar cualquier decisión. En principio, la persona que ejercería como 'zar' del automóvil sería nombrado por la administración del presidente George W. Bush con el acuerdo de Obama.

Los demócratas han aceptado retirar del proyecto de ley la obligación de que los fabricantes quiten las demandas que tienen interpuestas contra algunos estados para que eliminen los estrictos límites de emisiones que según las empresas les costarán centenares de millones de dólares. Los 14.000 millones de dólares procederán de un fondo establecido con anterioridad para que las empresas renueven sus factorías y produzcan automóviles más ecológicos. Gracias a estas concesiones, la administración Bush está dispuesta a intentar convencer a los senadores republicanos para que apoyen el plan.