«Crisis»

La actitud de los informativos de TVE en estos últimos meses ha sido descabellada: primero la crisis no existía; después ha sido culpa de Bush; ahora es un leve tropiezo que puede superarse cerrando los ojos y aumentando el gasto. La trayectoria se corresponde con las consignas públicas del Gobierno, pero va incluso más allá. En esta actitud yo veo dos tachas graves. Una, de carácter profesional, es el exceso de seguidismo respecto a la estrategia gubernamental; ya sabemos que esto es una lacra indeleble de la televisión pública española, pero eso no la hace más tolerable. Pero la otra tacha de la actitud de TVE es quizá más grave, y se trata de la posible repercusión social de una toma de posición poco responsable. Tal y como TVE nos presenta las cosas, lo que ahora tenemos que hacer todos es consumir mucho, para que la economía no se pare.

Ahora bien, consumir mucho significa gastarnos el dinero que nos queda. La propuesta puede resultar insultante para dos millones largos de familias que ya no tienen nada que gastar, pero ¿quién nos garantiza que el efecto del gasto privado va a ser la revitalización de la economía, y no que la gente se endeude todavía más? Porque aquí hemos estado atando a los perros con longanizas, pero las longanizas son de prestado, y el perro también. Imaginemos ahora que millones de españoles obedecen a TVE, gastan el dinero que no tienen y, dentro de unos meses, la economía no se ha recuperado, el paro ha crecido y los consumidores se han quedado sin empleo. ¿Podremos reclamar a TVE que nos devuelva el dinero?