ME LA LLEVO. Javi Gracia, en un entrenamiento. / ANTONIO VÁZQUEZ
Cádiz C.F.

El primer partido de Segunda

Javi Gracia espera no echar de menos al lesionado Raúl López, en el que puede ser el encuentro más importante de la temporada regular

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El año va a ser eterno. O no. De ello dependerá lo que pase hoy sobre el césped del Municipal de Santo Domingo de El Ejido. En el mejor de los casos, el Cádiz volverá a la Tacita con la carpeta bien cerrada y con los deberes hechos sin haber llegado ni tan siquiera a mitad de curso. Un golpe de autoridad en forma de victoria en el campo del único equipo del Grupo IV que permanece invicto como anfitrión supondría un palo tremendo a las aspiraciones no sólo del Poli Ejido, sino de los equipos restantes que aún sueñan con la posibilidad de alcanzar a un Cádiz lanzado.

Pero no será fácil. Porque pese a la brillante trayectoria del equipo amarillo, esta tarde los cadistas se medirán, al otro equipo que el pasado año jugaba en Segunda, un conjunto en racha, que le ha llevado a convertirse en el único perseguidor más o menos serio del once de Javi Gracia y segundo gran favorito al ascenso del Grupo IV. Para colmo al técnico cadista se le acumulan los problemas tras ver cómo sus suplentes se empeñan en seguir en una competición que no entienden ni sus propios participantes.

Para este encuentro, quién sabe si el más importante (todo indica a que sí) de la temporada regular el entrenador navarro no podrá contar con un jugador, hoy por hoy, insustituible. Raúl López no termina de recuperarse de una contractura en su gemelo que terminó por dar la cara en el choque ante el Écija. Por él, volverá a estar David García. Una nueva prueba de fuego para el veterano jugador que habrá que ver cómo se desenvuelve tras una semanita especialmente cargada para él, al ser uno de elegidos para cubrir el expediente en Granada. Una baja de importantísimo calado la del jerezano justo en el partido en el que el Cádiz se enfrenta a un ataque mortífero. Para colmo, David García se las tendrá que ver con uno de los extremos mejor considerado por los entrenadores de la categoría como es Juli. El ejidense forma una sociedad perfecta con Jorge Molina, el depredador que trabaja para hacer olvidar al pájaro Toedtli. Las diagonales de Juli partiendo desde la derecha ya han destrozado a varias defensas.

Porque si hay algo que temer del Poli es sin duda su ataque, uno de los más realizadores. Y como en todo equipo ofensivo, en el Cádiz pasa lo mismo, su talón de Aquiles reside en la zaga. Quien mejor se la conoce, para esperanza de la hinchada amarilla, es precisamente el encargado hoy de cargársela. Ese no es otro que Mariano Toedtli que, aunque no lo exteriorice por respeto a la que durante cuatro años fue su casa, saltará con más rabia que nunca después de un verano en el que desde los despachos del club almeriense intentaban complicarle la vida. Sin estar al margen de ello, otro ex del Poli tendrá la misión de frenar el ataque de sus antiguos compañeros. Así, Cristian, quien hoy deberá olvidar un poco sus alocadas subidas, intentará junto a Mansilla, Fragoso y David García, que Kiko Casilla vuelva a acabar un partido con una sonrisa después de no recoger ningún balón de dentro de su portería.

Colchón de puntos

Y qué mejor para un partido tan competitivo como el de hoy que escuchar en la sala de máquinas acento sudamericano. Fleurquin, el malo de la película en el Viejo Oeste por eso de encontrarnos en tierras de western americano, volverá a compartir el centro del campo con el gaucho Ormazábal. Y a las bandas, dos pistoleros. Enrique, que espera demostrar en una de las plazas más importantes de la categoría cuando deben salir a relucir los galones de la veteranía, y López, que tras su buen papel ante el Marbella se ha ganado una segunda oportunidad aunque ya acecha Juanma en el banquillo. La libertad de movimiento volverá a correr por cuenta de Caballero, que quiere resarcirse de su mal encuentro frente al Marbella. Y arriba, quién si no, Toedtli con una sed de venganza tremenda.

El gran colchón de puntos con el que el Cádiz cuenta le hace acudir a Santo Domingo sin nervios. Pero precisamente por ello, en el subconsciente de los de Gracia está la idea de que una derrota abriría de nuevo la lucha por el liderato. En tan sólo tres semanas el Poli podría haber hecho méritos como para acortar la distancia de ocho puntos a tres. Los de Lucas Cazorla llevan ocho partidos sin perder ya que no lo hace desde que cayera en octubre en Bahía Sur. Ante su afición se han mostrado inexpugnable ya que sólo han cedido un empate ante el Lucena. El Cádiz comprobará la dureza de un campo en el que año pasado comenzó la cuesta abajo definitiva del equipo amarillo, entonces entrenado por Antonio Calderón. Por ello, este campo le debe algo Cádiz. Y los de Gracia viajan empeñados en cobrárselo.