Opinion

El fontanero

El presidente del Gobierno ha presentado su quinto paquete de medidas con una inversión de 11.000 millones de euros con el fin de atajar la faraónica crisis. Con este paquete, ya son cinco los presentados por el presidente y, de seguir así, en lugar de un Ministerio de Economía, vamos a tener una mercería. A nuestro presidente le debe gustar mucho la fontanería o hacer de bombero o de zapatero remendón, porque hay que ver cómo le gusta quitar goteras, apagar fuegos y hacer chapuzas.

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El trabajo, seguro que no le va a faltar, pues grietas, fuegos y goteras, con las medidas que está tomando, van a ir en aumento. ¿Un parado menos!

Salta la crisis en Sacyr y la solución es inyectarle dinero público; claman los de automoción, se les proporciona más dinero público; falta liquidez en la banca, mas de lo idem, y al ciudadano de a pié les damos una bombilla y 400 euros en las deducciones del IRPF a los que no las necesitan. ¿Así se arregla una crisis de esta envergadura? Paquetes de medidas, parches y chapuzas son pan para hoy y hambre para mañana. Mire, señor Zapatero, olvídese de sus 600 técnicos de su gabinete asesor con Solbes y Sebastián a la cabeza, pues cambiándole todos los días los papeles le van a volver loco. Déjese de fontaneros y bomberos y acuda a un ingeniero- economista llamado Pizarro que sabe un rato de esto y seguro que le va a dar la misma receta que recomiendan las marías en los supermercados: bajada de impuestos y créditos a las Pymes. La bajada de impuestos tales como los de la renta, del IVA, del patrimonio, sociedades, autónomos, demoras hipotecarias, e inyección de dinero público encaminado a sufragar los créditos a pequeñas y medianas empresas, a través de las entidades bancarias siempre y cuando éstas acepten someterse a controles estrictos.

A esta inyección se le podrían sumar los ciento ocho mil millones de euros de dinero negro blanqueados mediante una ley de amnistía, semejante a la ley Boyer, pero desgravándole con un 15 por ciento ó 20 en lugar del 2 por ciento, dinero éste último que iría en beneficio de las arcas del Estado. Con más liquidez en las empresas y más dinero en el bolsillo del ciudadano se podría tirar del carro, pues aumentaría el consumo que es el motor de la economía, al crear una mayor productividad. Más empleo, menos paro y mayores reingresos a medio y largo plazo a la Hacienda Pública.

Luis Aranda de Carranza.