Cartas

Asesinos de niños

«Se llevaron al niño para bautizar pero no me lo devolvieron.Ya no lo volvía a ver más...supongo que un matrimonio que no tuviera hijos se lo quedo. Pero a mí no me pidieron permiso». La que así se expresaba hace años era Emilia, la hermana de unos de los guerrilleros más famosos de toda España: Manuel Girón, el león del Bierzo. La Ley de 4 de diciembre de 1941 permitió el cambio de nombres e incluso de edades de centenares de miles de hijos de presos, fusilados y exiliados. Se inició con ello una campaña de adopciones irregulares bajo el manto de la política punitiva de la dictadura y con la bendición de la Santa Iglesia. La convivencia de Iglesia-Estado hizo posible que incluso muchos de los que realizaron las adopciones lo hicieran de buena fe y le dieron con posterioridad un trato idéntico como hijos suyos. Pero ello no exime de sus responsabilidades a las instituciones y a las personas que participaron en tales iniquinidades. En los mas débiles en nuestros niños, si en nuestros niños de los años de la postguerra la dictadura nacional-católica golpeó a los más indefensos, a los más vulnerables, los inocentes, jamás en la historia de nuestro país se había conocido esta criminal nueva forma de tortura y tormento, borrar de la historia y de la memoria , lo más sagrado del ser humano , el derecho a poder conocer y respetar a sus padres.

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Pedro José Narváez Benítez

Juan Manuel Canle Durán.

Cádiz