María Adánez se muestra «encantada» con esta serie que «retrata muy bien a las mujeres». / LA SEXTA
MARÍA ADÁNEZ ACTRIZ

«Me apetece reírme y hacer reír»

La actriz se mete cada día en la piel de una brillante y sacrificada abogada en 'Estados alterados', de La Sexta

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María Adánez siempre ha apoyado la pequeña pantalla «bien hecha» y le gusta que este poderoso electrodoméstico llegue a todo el mundo al entender que los actores no dejan de ser cómicos que hacen reír y llorar. «Que la gente te reconozca porque sales en la tele y te traten con cariño, como si fueras de casa, es oro», afirma la que ahora es una mujer de la dibujante argentina Maitena en La Sexta. Adánez tuvo en este medio su plataforma a través de la conocida producción de TVE 1 Pepa y Pepe, serie a la que llegó con 18 años que, salvando las distancias, le recuerda a su nuevo trabajo, Estados alterado', donde la pija de la célebre Aquí no hay quien viva, es una brillante abogada que ha sacrificado su vida personal por el éxito social.

-Después de 'Circulo rojo' (Antena 3) ha vuelto a la comedia.

-El género fue decisivo para aceptar esta propuesta. Me gustaron los guiones de Estados alterados y me sorprendieron porque, de verdad, es algo nuevo y distinto, y tiene una factura muy cuidada. Es una sit-com muy americana. Y al ser un producto diario, son veintitantos minutos de diversión, la medida perfecta para la comedia. Ese también era el tiempo de emisión de Pepa y Pepe.

-Dice que el drama y la comedia están muy unidos, pero se está especializando en la segunda, al menos en televisión.

-Estoy en un momento en el que me apetecía reírme y hacer reír a los demás. Llevo todo el año haciendo La señorita Julia, una función maravillosa, pero durísima. Y para compensar el corazón me metí en Estados alterados. También pesó que estoy enganchada a las viñetas de Maitena, un universo con el que me identifico, que la directora es Eva Lesmes y que me gustaban las cosas que había hecho la productora. Sentí que estaba en buenas manos.

«Identificada»

-Es de las actrices que alterna los tres palos y, habitualmente, hace teatro y televisión, pero llevaba un tiempo dedicada sólo a las tablas.

-Después del éxito de Aquí no hay quien viva no me apetecía meterme en una serie de muchos capítulos porque me quedé sin fuerzas. Participé en Círculo rojo porque era un cambio de registro, sólo eran doce episodios. Aquel fue un proyecto minoritario, no se hizo para arrasar. Ahora, La señorita Julia y esta serie es una combinación perfecta. Me gusta mucho hacer comedia en televisión porque cuando llegas a casa lo que quieres es relajarte.

-¿Se reconoce en el mundo de Maitena'

-Es imposible no sentirse identificada con sus viñetas porque todas las situaciones que plantea las hemos vivido todos en algún momento. Con un humor ácido, inteligente y rápido, Maitena retrata muy bien a las mujeres, nuestros conflictos sobre lo que tenemos y queremos, nuestras contradicciones, soledades e ideales. No hay muchas dibujantes que se atrevan a decir lo que ella, que tiene un punto de vista muy peculiar sobre las relaciones entre hombres y mujeres. Su trabajo va más allá de los estereotipos, que existen y no están tan superados como parece, pero ella juega con ellos.

-¿Qué aporta 'Estados alterados' a la ficción española?

-Algo fresco. Es una producción amable, divertida y con una estética cercana al cómic, algo que me apetecía hacer porque se aleja de la serie convencional. Y al ser un producto tan rápido, hay que sacar mucho partido a las frases y resultar creíble. Lo mejor de todo es que no es pretenciosa, sólo son veintitantos minutos de risa.

-La serie se mueve entre el cómic y la realidad.

-Hay personajes más radicales, más extremos, y otros más normales como es el mío. Julia tiene éxito profesional, pero está sola. Es una mujer libre, independiente, trabajadora, moderna...

-Como propietaria de un potente currículo televisivo ¿cómo ve la ficción nacional?

-Muy interesante. Hay muchos títulos y muy diversos que son una escuela maravillosa para todos, sobre todo para los jóvenes. Es un terreno que lleva años pisando muy fuerte y que ha roto muchas barreras. Gracias a las series, ya no hay fronteras entre actores de cine y televisión.