El Atlético cumple su sanción con un Calderón en silencio para recibir al PSV

La considerada mejor afición del fútbol español, aquella que no desertó cuando el equipo descendió a Segunda, aumentó el número de abonos durante los dos añitos en el infierno, llenó el Vicente Calderón día tras día durante la travesía, empujó para conseguir el regreso de su equipo a la élite y vibró con la clasificación para la Liga de Campeones once años después, no podrá asistir al encuentro que puede otorgar el pase definitivo al Atlético para los octavos de final de la Champions por la sanción de la UEFA. El jugador número doce queda excluido. No hay peor condena para tan sufrida hinchada.

La propia plantilla rojiblanca es consciente de la faena que supone jugar un partido de tanta trascendencia sin el aliento de sus incondicionales. «Jugar un partido a puerta cerrada es el peor castigo que le podían imponer al club desde el punto de vista de un jugador», reflexionó Perea. El central colombiano ya disputó un encuentro sin público en las gradas cuando estaba en las filas del Independiente de Medellín; por tanto, sabe lo que se siente al saltar a un estadio vacío y lo describe como «una mala sensación».

También Raúl García puede aportar su experiencia en estas circunstancias ya que con la camiseta de Osasuna jugó una eliminatoria de la UEFA en Turquía sin espectadores.

El equipo de Javier Aguirre tiene la oportunidad ante el PSV de sentenciar su pase a la siguiente ronda con una victoria y evitar el averno que puede suponer el partido de Marsella. Para lograrlo debe mejorar la imagen mostrada en el último compromiso liguero ante el Numancia, donde una penosa segunda mitad impidió sumar los tres puntos. Todos los futbolistas coinciden en señalar que un estadio sin gente siempre perjudica más al equipo local porque pierde el calor de sus hinchas. Aunque en cuanto el árbitro pita, en el campo sólo hay once contra once. El club madrileño cifra en 500.000 euros las pérdidas en taquilla. Pese a todo, las gradas del Calderón no estarán despobladas. Un pequeño grupo de privilegiados podrán acceder al feudo rojiblanco: 75 personas por equipo que incluye cuerpo técnico, jugadores y compromisos con los patrocinadores.

La situación que se vivirá hoy no es nueva en la historia del Atlético de Madrid. Entre otros, el 2 de octubre de 1985 el equipo del Manzanares disputó en Glasgow un partido a puerta cerrada, correspondiente a la vuelta de la primera ronda de la Recopa frente al Celtic. En el encuentro de ida el resultado fue de empate a uno.