El Xerez y la Ciudad del Flamenco

Cada día que pasa se conoce una barbaridad o torpeza de mayor calado en el seno de una entidad donde hace ya unos meses que los únicos que dan la cara y están a la altura de las circunstancias son los jugadores y el cuerpo técnico. El aparente fracaso de las negociaciones entre Morales y Francisco Nuchera nos deja un escenario ciertamente preocupante para una entidad que suscita muchas pasiones, que es el primer club de Jerez y de la provincia en el mundo del fútbol, y que ya sabemos todos los parabienes que podría generar para la zona si lograra un un hipotético ascenso a Primera División.

Por distintos motivos, el primero de todos el económico, el Xerez sigue siendo un club apetecible. En algunos momentos parecía que estaba muerto, pero hasta en esas circunstancias ha habido buitres sobrevolando el cadáver para ver si podían arrancar algo de carroña. No es el caso, al parecer, de Francisco Nuchera, acaudalado empresario sevillano que llegó a la puja de la mano de un Ayuntamiento al que le sobraba ya el de Dos Hermanas.

No desconfiará el que suscribe de las intenciones de Nuchera -que serán, como las de todos, lograr los mayores éxitos con el Xerez para, al mismo tiempo, alcanzar los máximos beneficios- pero sí es cierto que el espectaculito que han dado ambos dos en estas semanas es sólo comparable a las trifulcas e intrigas del Gran Hermano más zafio. Nuchera ha dicho que se va. Pero volverá. Todo forma parte de una estrategia perfectamente calculada en la que se pretende presionar a Morales para que ceda a las pretensiones del comprador y deje las cuentas claritas.

Perdonar deudas

El todavía máximo mandatario xerecista se ha descolgado hace unos días asegurando que no sólo no se ha apropiado indebidamente de nada en el Xerez sino que le perdona al club una supuesta deuda que tiene con sus empresas y que asciende a más de cuatro millones de euros. El primero que se lo crea que levante la mano, por favor. El caso es que todo esto no sería tan preocupante si no fuese porque en esa Sociedad Anónima Deportiva el Ayuntamiento ha venido soltando pasta de todos los jerezanos, a razón de dos millones de euros por subvención, y ahora surgen verdaderas dudas de qué se ha hecho realmente con ese dinero.

Morales, que parece dispuesto a complicar las cosas todo lo posible, ha urdido un plan B que pasa por introducir en el consejo a empresarios jerezanos que, según dice, han puesto ya importantes cantidades de dinero en el club azulino. Parece que el máximo accionista está pensando en el conocido abogado Joaquín Bilbao como futuro presidente de la entidad, y en hombres de negocios como Sebastián Romero o el querido Faustino para que sean nuevos consejeros.

En definitiva, creerse lo que dicen unos y otros en este batiburrillo es, en estos momentos, un acto de fe. Seguiremos rezando. Y todo ello en una semana que hoy concluye y que nos ha dejado la buena nueva de que la Junta de Andalucía sí va a invertir en la Ciudad del Flamenco. Este proyecto tan importante del que Zapatero, Chaves y Pilar Sánchez hablan todas las noches antes de irse a dormir, se había quedado sin un mísero euro en los Presupuestos de la Junta de Andalucía para 2009, que menos mal que en Sevilla gobierna el mismo partido que en Jerez, porque cualquiera diría que los ha diseñado el peor enemigo de nuestra alcaldesa.

El lamentable olvido del Gobierno andaluz para con la Ciudad del Flamenco se va a arreglar con una enmienda que los socialistas se presentan a sí mismos y en la que se piden que, por favor, den algo para el invento este de los jerezanos. Creo que van a caer 250.000 euros. Eso le dará al bueno de Francisco Benavent por lo menos para ir arrancando los jaramagos que pueblan hoy día el solar donde se iba a construir este complejo turístico-cultural con el que al final los amigos del PSOE, en Jerez y en Sevilla, se han ido por peteneras y han dado el cante.