CRÍTICA DE TV

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La cosa más graciosa que ha leído uno últimamente sobre el mundo de la tele no es la defensa de la censura en nombre de la libertad de expresión, como acaba de hacer el Consejo Audiovisual de Cataluña (esto es llamativo, pero no gracioso), sino esa encuesta según la cual el 80% de los padres (y madres) de familia considera que la televisión tiene efectos positivos en sus hijos.

Sí, sí, ha leído usted bien: el 80%; la televisión; efectos positivos. Dicen los encuestados que la tele expande la imaginación, aumenta el vocabulario, desarrolla las habilidades musicales y fomenta el ejercicio. Es para caerse de espaldas. Pero antes de dar con los huesos en el suelo conviene leer entera la información, porque hay un dato crucial: tan satisfechos padres (y madres) de familia son británicos, la tele de la que hablan es la que se ve en el Reino Unido y la encuesta la ha hecho un canal de televisión digital igualmente insular, Freeview. Eso lo explica todo. Primero, porque sería francamente raro que un canal de televisión organizara una encuesta sobre la televisión para dictaminar que la televisión es una mierda. Segundo, porque la televisión que la gente ve en las islas británicas es sensiblemente diferente de la que se ve en España; allí hay tanta basura como aquí, pero toda ella está confinada en horarios muy específicos y a salvo del público infantil, mientras que las horas más abiertas muestran un perfil de notable decencia. La pregunta que esta encuesta suscita es qué contestarían los padres (y madres) de familia si los encuestados fueran españoles y la televisión de referencia fuera la que aquí tenemos. Para empezar, es altamente improbable que ninguna cadena vaya a emprender tal sondeo, porque a nuestros canales siempre les ha importado un bledo la opinión racional de la gente sobre la televisión; lo único que les importa es la cifra de share, que rara vez obedece a argumentos racionales. Y después, cabe dudar de que el grado de satisfacción de nuestros padres (y madres) de familia fuera tan alto como el de los británicos. ¿Expandir la imaginación? Bueno, no hay más que ver los contenedores infantiles de dibujos: expanden la imaginación, pero en la peor de las direcciones. ¿Aumentar el vocabulario? Sí, como los concursantes de Gran hermano.