Opinion

Valenzuela y La Barca

La Barca de la Florida siempre ha sido un pueblo y así lo han constatado las gentes que lo habitan. Yo también nací en un pequeño pueblo de la provincia y, por mi vinculación al medio rural, conservo desde hace años excelentes y entrañables amistades. Precisamente por eso, asisto atónito a los últimos acontecimientos protagonizados por el alcalde del lugar, Roque Valenzuela. Hechos que rozan el escándalo injustificado, el espectáculo bochornoso, la vergüenza de un pueblo que está, desde hace ya algún tiempo, cansado de la penosa imagen que la primera autoridad se empeña en trasladar al resto de la ciudadanía jerezana, ajena a polémicas estériles. Recuerdo ahora que con motivo de las primeras elecciones en las que Valenzuela se hizo con la alcaldía, sustituyendo al bueno de Carlos Luis Alberto Bautista, más de 30 colectivos ciudadanos apoyaron su candidatura.

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Hoy no sería capaz de encontrar sustento en casi ninguno de ellos. Rememoro también que en el último mítin de aquella campaña electoral (1999), el citado mandatario prometió abrir las puertas del Ayuntamiento a sus conciudadanos y «poner firme al secretario» de tal Administración. Hoy, ocho años después, sucede que estamos en situación parecida: el alcalde se ha adueñado del cortijo y el secretario, su primo hermano para más señas, sigue siendo el mismo, aunque ahora atendiendo las decisiones de su nuevo amo. Por cierto que ninguno de ellos viven en La Barca.

¿Cómo se pueden defender los intereses de un pueblo cuando, aún siendo alcalde y secretario, no se reside en él? Así ocurre que Valenzuela perdió votos en los pasados comicios; también que los ganó Pilar Sánchez, valedora de los concejales que aparecen en el Pleno de La Barca. Habla el alcalde de libertades, derechos de expresión y democracia. Resulta necesario recordarle, porque es de justicia, que todos esos beneplácitos se alcanzaron hace ya más de 30 años.

A lo peor, es que él sigue anclado en otros tiempos que no se corresponden con la realidad. La Barca es un pueblo emprendedor, trabajador y habitado de gente ilusionada. Deje, por favor, de exportar una imagen cansina que no se atiene a la realidad de nuestros días. Lo digo como jerezano. Si no le gusta su partido márchese. Si antepone sus intereses a los del pueblo de Jerez, también de La Barca, quitése de enmedio. Si quiere marcharse del PSOE hágalo. No espere a que le expulsen porque pudiera ser verdad.

Antonio Justo Gómez. Jerez