ESPAÑA

La propulsión de la gasolina

En diez años pasó de la 'kale borroka' al comité ejecutivo de ETA

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A pesar de un escueto historial, Mikel Garikoitz Aspiazu Rubina, Txeroki, Gari Patillas o Arrano (Bilbao, 1973), es el perfecto ejemplo del ascenso meteórico a la jefatura militar, poder fáctico por antonomasia en ETA, por la fuerza de los arrestos en serie en la cadena de mando. Desde sus andanzas en la kale borroka a mediados de la década de los 90, cuando aquel chico de la gasolina se hizo merecedor a los dos primeros alias citados por los atributos capilares que lucía, hasta su acceso al comité ejecutivo en 2004 apenas transcurrieron diez años.

Alto, de complexión atlética, pelo castaño y ojos marrones, Aspiazu vivió con sus padres y una hermana en Santutxu, cerca de la parroquia de San Francisquito, y se escolarizó en la ikastola Karmelo del mismo barrio bilbaíno. Tras estudiar BUP y COU en el instituto Gabriel Aresti de Txurdinaga, regentó un bar en Bilbao la Vieja y realizó estudios en Educación Física.

Septiembre de 2001. Centro comercial Bidarte, en el barrio bilbaíno de Deusto. «¿Conoces a alguien de Belfast?», pregunta 'Arrano' a un colaborador. «Sí, a Gerry Adams», responde el contacto con la contraseña convenida. Aquella cita clandestina es la primera actividad de la que se tiene constancia de Aspiazu como liberado del comando K-Olaia. Los ya detenidos Idoia Mendizabal, Ilargi, y Asier Arzalluz, Sendoa, completaban esta formación del Vizcaya bautizada con el nombre de Olaia Kastrexana, fallecida el 24 de julio ese año al estallarle una bomba en un apartamento de Torrevieja (Alicante).

El trío se encargó de reconstruir el comando tras su desmantelamiento en noviembre de 2000. Según su ficha policial, Aspiazu había comenzado a colaborar con el talde precedente después de la anterior tregua (septiembre de 1998 a diciembre de 1999). El nuevo equipo y sus grupos satélites aparecen implicados en el asesinato a tiros del magistrado de la Audiencia de Vizcaya José María Lidón (Getxo, 7 de noviembre de 2001), la colocación de un coche bomba en el centro de Bilbao (12 de enero de 2002), así como los atentados con bomba contra el dirigente de las Juventudes Socialistas vascas, Eduardo Madina, quien perdió una pierna (19 de febrero de 2002, en Sestao); y la edil, también socialista, Esther Cabezudo, que sufrió heridas leves (28 de febrero de 2002, en Portugalete).

En abril de 2002 cruzó la frontera para adiestrar a activistas en el manejo de armas y explosivos. Fue el supuesto instructor de Asier Mardones y Josune Oña, detenidos en el monte Urkiola en julio de 2004 cuando trataban de reconstruir el comando Vizcaya. También colaboraba con el entramado de captación, como indican unos documentos con el epígrafe Propuestas Txeroki, intervenidos en el cuartel general en Tarbes de Ibon Fernández Iradi, Susper.

«Caña al enemigo»

Tras la segunda detención de este dirigente y la caída de Gorka Palacios, a finales de 2003, se cree que asumió la jefatura de los 'comandos' armados, puesto en el que ha permanecido cinco años. Es el mandato más largo desde la captura de Josetxo Arizkure, Kantauri, en 1999. Con ese rango asistió en abril de 2004 a la entrega en Francia al comando Gaztelu de la furgoneta bomba cargada con 500 kilos de explosivos interceptada en una carretera de Cuenca.

Dos meses después se descubrió en una base desmantelada en Limoges un pasaporte español con su fotografía, a nombre de Jonathan González Manso. Este hallazgo le costó estrenar sus antecedentes penales con una condena a seis años dictada en rebeldía el pasado 22 de octubre en París. La sentencia confirmó la orden de arresto emitida por la jueza antiterrorista Laurence Le Vert el 30 de abril último.

Según los servicios de información, su primer cometido al llegar a la cúpula fue reorganizar el aparato militar para blindarlo del resto de la infraestructura ante el temor de que se encontrara quemada o infiltrada. Es el artífice de la promoción de militantes no fichados, libres de sospechas y ajenos a la violencia callejera que configuran los nuevos comandos legales.