CRÍTICA DE TV

Reinas

Telecinco tuvo la humorada de emitir la famosa entrevista con Luis Roldán el mismo día y a la misma hora que suele emitirse El comisario. Tenía uno la impresión de que en cualquier momento iban a parecer Charli y Pope (este último, ciertamente, un tanto desmejorado) para ponerle los grillos a Roldán y, de paso, llevarse también al calabozo a María Teresa Campos en calidad de cooperadora necesaria. Por supuesto, no hubo tal. Ni siquiera hubo demasiada gente viendo el lance: menos de dos millones de personas, con una cuota de pantalla del 15,6%. Para una exclusiva así en prime time, no deja de ser un sonoro fiasco. ¿Y qué dijo Roldán? Eso, sinceramente, era lo menos importante de todo; aquí lo que se buscaba era el pelotazo de share y éste, a todas luces, no se ha producido. Tampoco es seguro que vaya a conseguirlo el otro malandrín de esta extraña pareja, Julián Muñoz, cuyo paso por Telecinco todavía no tiene día fijo. Mientras tanto, la prolongación de este penoso episodio se escribe más en clave judicial que en clave televisiva. El abogado Marcos García-Montes, que ejerce la acción popular en el caso Roldán, ha pedido a la Audiencia Provincial de Madrid el embargo del importe que perciba Luis Roldán o empresa fiduciaria que facture en su nombre por la entrevista de Telecinco; hay que recordar que a Roldán le condenaron a pagar 3,4 millones de euros de responsabilidad civil.

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Por su parte, el juez instructor del caso Malaya, Óscar Pérez, ha requerido a las cadenas para que informen al juzgado si tienen previsto entrevistar a Julián Muñoz y bajo qué forma contractual, señalando si tienen previsto retribuir al ex alcalde de Marbella, en qué cantidad y de qué forma. El Ayuntamiento de Marbella también ha pedido información al respecto, con el fin de embargar los dineros que cobre Muñoz, y ha solicitado al juez instructor del caso que cite como testigo a Ana Rosa Quintana para que informe sobre el acuerdo alcanzado con el ex alcalde. Ana Rosa, por su parte, dice que no sabe si finalmente la entrevista se emitirá; cabe suponer que la duda obedece a la maraña legal en la que ella sola se ha metido. En lo que no han dudado ni Ana Rosa Quintana ni María Teresa Campos es en ensalzar abundantemente sus propias virtudes.