CONTUNDENTE. Royal se dirige a los asistentes al congreso que los socialistas celebran en Reims. / AP
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Royal propugna un nuevo frente popular en el centro

La candidata socialista a suceder a Hollande propone someter a consulta de los militantes la política de alianzas

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Ségolène Royal, candidata a la sucesión de François Hollande al frente del Partido Socialista (PS) francés, propuso someter a consulta de los militantes la política de alianzas con el centro que propugna para desalojar en 2012 al conservador Nicolas Sarkozy de la jefatura del Estado. Los otros aspirantes al liderazgo socialista, todos hostiles a la apertura a fuerzas que no sean de izquierdas, tratan de superar sus celos y recelos para forjar una coalición de circunstancias capaz de cerrar el paso a la finalista de las presidenciales de 2007, en el congreso que hoy se cierra en Reims en un clima de crisis interna.

Entre abucheos y ovaciones, silbidos y aplausos, reflejo de la división de opiniones en torno a su figura, Royal se comprometió a que los militantes decidan en su día si hay que pactar o no con el MoDem del democristiano François Bayrou. «¿Somos tan débiles que la sola idea de una alianza eventual dentro de tres años nos saca de nuestras casillas?», planteó. «¿De verdad que no os tienta un nuevo frente popular?», preguntó. «A la izquierda, a la izquierda», le respondió parte de la sala.

Según un sondeo que hoy publica la edición dominical del Ouest France, un 47% de los franceses es favorable a una alianza de los socialistas con el partido de Bayrou. Los resultados son más reñidos entre los simpatizantes socialistas ya que el 39% se decanta por un pacto de izquierdas, el 38% opta por el centro y el 19% elige el Nuevo Partido Anticapitalista promovido por el trotskista Olivier Besancenot.

La candidata favorita de las bases para ocupar el puesto que deja vacante tras once años de ejercicio Hollande, su ex pareja y padre de sus cuatro hijos, abogó por abrir las puertas del PS al mayor número de afiliados mediante la rebaja de las cotizaciones, sabedora de que su gancho en la militancia es su mejor baza para derrotar al aparato. Con los acentos mesiánicos que le valen ser tildada de tele-evangelista por sus numerosos detractores domésticos, exhortó a los socialistas a salir de la tumba y renacer. «Levantémonos, virtud y coraje, pues iluminaremos todos los soles y estrellas del cielo», arengó en conclusión de su alegato.

Alcalde de París

Previamente, Bertrand Delanoë había apelado a la creación de un «reagrupamiento mayoritario» con los partidarios de Martine Aubry y de Benoît Hamon que sumaría cerca del 70% de los delegados para hacer frente a Royal. Apoyado por la dirección saliente y favorito de los sondeos, el alcalde de París quedó en segunda posición en la votación previa de los militantes, por detrás de la ex candidata presidencial, que le sacó cuatro puntos (29%-25%). «Se dice que soy el gran perdedor de este congreso. Me da igual. Lo que no quiero es que François Bayrou y Nicolas Sarkozy sean los vencedores», proclamó.

En una andanada a la estrategia de su rival, Delanoë arremetió contra una posible alianza con Bayrou. «No podemos construir una alternativa con fuerzas políticas que dicen que la izquierda y la derecha son lo mismo. Nos va en ello la superviviencia de nuestra identidad», advirtió. «Con lo difícil que es llevar a la práctica un proyecto común con toda la izquierda, si se añade un trozo de la derecha eso no puede funcionar», argumentó.

Mientras sus camaradas pelean por el poder interno, Dominique Strauss-Kahn, la personalidad socialista preferida por los franceses, asiste en Washington al G20 en su calidad de director general del Fondo Monetario Internacional, puesto para el que le apadrinó Sarkozy. Sus seguidores, repartidos en Reims tras Delanoë y Aubry, aseguran que regresará a la escena francesa de cara a las presidenciales de 2012 bien colocado en los sondeos.