SEMANA SANTA

Una paz que nunca llega

El comisariado de la Borriquita deja en evidencia «los perfiles cofrades» de varios hermanos que optaban a integrar la junta

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El comisariado de la hermandad de la Borriquita, presidido por Juan José Pereira, ha elaborado un informe demoledor sobre la situación en la que se encuentra la cofradía que ha estado gestionando hasta la noche del pasado viernes cuando presentó su dimisión irrevocable. El citado escrito, al que ha tenido acceso LA VOZ, contiene un resumen con las actuaciones llevadas a cabo por sus cuatro miembros. El documento, firmado por el equipo de Pereira y por el director espiritual Francisco Víctor López, está fechado hace poco menos de dos semanas y dirigido al director del Secretariado Diocesano para las Hermandades y Cofradías, Alfonso Caravaca, y es previo a la toma de posesión de la junta de gobierno, que ha quedado suspendida por orden directa del vicario general de la diócesis, Guillermo Domínguez Leonsegui, tras la dimisión de cuatro de los hermanos que iban a integrar la dicha junta, concretamente el grupo afín a la candidatura de José Antonio Barrueco.

En el mismo se concluye curiosamente que en la reunión general de hermanos se «vio la disponibilidad y el servicio de la hermandad del grupo de siempre, que en todo momento ha prestado una especial colaboración a este comisionado durante sus meses de gobierno». Y como a raíz de estas actitudes «también otro grupo de hermanos se ofrece por inercia al presenciar la disponibilidad de los otros y asumen este voluntariado, con alguna que otra expresión que deja mucho que desear del perfil cofrade y su futura capacidad para el gobierno de la hermandad». Igualmente se matiza que «si bien en esta relación de personas se incluyen a los que han sido reacios a trabajar con otros que no eran afines a ellos, ha sido por la sencilla razón de unir». Asimismo se reitera la imposibilidad que tuvo el comisariado para convocar elecciones «por el clima de crispación que se respiraba» y las dificultades para conciliar a las partes «siendo siempre el mismo sector el más difícil de conciliar». Finalmente se justifica el nombramiento de Manuel Rodríguez Caro como hermano mayor.

A este respecto, hay que recordar que la composición de la futura junta de gobierno reunía a miembros de las candidaturas de Ignacio Ortiz y José Antonio Barrueco y que todo el estamento eclesiástico debía conocer de primera mano la situación que se vivía en la hermandad, ya que el informe va dirigido personalmente al director del Secretariado Diocesano.

Sin embargo, la decisión del vicario general Guillermo Domínguez, desautorizando al delegado diocesano, Sebastián Llanes, al director espiritual de la hermandad, Francisco Víctor López y al propio comisariado, pone una nueva traba a una etapa que debía haberse cerrado, al menos de forma provisional, ayer sábado. Y, de paso, sigue poniendo en peligro la salida procesional del Domingo de Ramos.