ESPAÑA

Detenido un rumano por secuestrar a su pareja y al hijo de ésta en Castellón

Las víctimas permanecieron encerradas durante 21 días en una nave industrial

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Un rumano de 45 años fue detenido el domingo por tener retenidos durante tres semanas a su pareja sentimental y a un hijo de ésta de once años, en una nave industrial de Castellón. Aún así, la víctima, también rumana no ha querido presentar denuncia alguna y ha rehusado hacer uso de los servicios sociales puestos a su disposición tras conocerse el suceso.

Los hechos fueron conocidos el domingo por la tarde, cuando la mujer llamó al 091 pidiendo auxilio desde su propio teléfono móvil, puesto que se encontraba encerrada en una nave del polígono industrial de Cuadra de Morteras. Cuando llegó la Policía, alrededor de las 19.00 horas, la puerta del local estaba entornada y en su un interior había varios tendederos con ropa y un habitáculo al final del edificio industrial.

Según fuentes policiales, la mujer, de 42 años, fue hallada junto a su hijo y el presunto secuestrador, que estaba sentado en el sofá y que, en un primer momento, se identificó como hermano de la víctima. Sin embargo, tras escuchar la declaración de la mujer, fue detenido, puesto que le inculpó de lo sucedido. Ella explicó a los agentes que el hombre les retenía en el habitáculo y «cerraba la puerta con candado». Y es que, según pudieron comprobar los agentes, la habitación disponía de un cierre con un pasador en forma de argolla que servía para cerrar la puerta.

Condiciones pésimas

El espacio en el que estuvieron madre e hijo no contaba con luz y presentaba un lamentable estado higiénico. Pero, además de esto, la mujer confesó que en los últimos días ni siquiera les había dado agua, lo cual hizo que la situación fuera insostenible y decidiera llamar a la Policía.

Sin embargo, y tras proceder a la detención de su pareja, la mujer se negó a denunciar los hechos y, a pesar de que los agentes se pusieron en contacto con el Centro de Acogida para que ella y su hijo fueran atendidos, también rehusó esta ayuda social. Ni siquiera la psicóloga del centro pudo convencerla de la conveniencia de quedarse y denunciar a su pareja, que incluso la amenazó delante de su hijo con cortarle las orejas y sacarle los ojos para que no denunciara su situación. Lo único que aceptó la víctima fue el ser trasladada a la casa de otro hijo suyo que vive en el Grao de Castellón.