NO PARA. Leo Messi hace inútil la estirada de Arnau en el segundo gol culé. / REUTERS
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El Barcelona se sacrifica y también sabe golear, esta vez en un barrizal

Sentenció al Málaga en el minuto 52, con el segundo tanto que marcó Xavi Termina la racha de cuatro victorias consecutivas del cuadro de Antonio Tapia

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El Barça sigue lanzado. Le tocó sacrificarse sobre el barrizal de La Rosaleda y el Málaga se convirtió en otra de sus víctimas. La lluvia y el infame césped no impidieron la undécima victoria consecutiva del equipo de Pep Guardiola, que acabó de paso con la racha de cuatro triunfos seguidos que llevaba el Málaga.

Dado el estado del terreno de juego, el Barcelona tuvo que cambiar la calidad por el mono de trabajo y recurrir al oficio, para imponerse con contundencia al Málaga , que quedó sentenciado al inicio de la segunda parte. El segundo tanto de Xavi, que abrió el marcador con un golazo de falta, hundió de forma definitiva al Málaga, que confiaba en el campo como aliado, aunque con este Barcelona inconformista y demoledor en ataque, tener opciones de éxito es, de momento, soñar con milagros.

Como era previsible, dadas las circunstancias, fue un balón parado el que dio ventaja al Barcelona , tras un derribo a Messi, con un golazo de Xavi. Los azulgrana ya podían dedicarse a mantener la ventaja, pero en un ataque del Málaga que pilló desprevenido a la defensa visitante, Duda equilibró el choque.

El Barça tuvo que ponerse el mono, para insistir, pese a que era complicado enlazar una jugada.

Guardiola quiso dar descanso a Iniesta al comienzo del segundo tiempo, sacó a Henry, y no le pudo dar mejor resultado, porque sólo tres minutos después de saltar al campo, una jugada perfecta al primer toque entre Eto'o, el francés y Xavi dejó resuelto ya el encuentro, por si no lo estaba antes. Eto'o dio un pase magistral a Henry, éste se la puso de cabeza a Xavi, y el internacional remató de primeras. Podría haberse echado a sestear el Barcelona , pero mantuvo su autoridad, no renunció al toque, pese a las dificultades, mientras el Málaga, a base de pelotazos, seguía sin recursos.

El Málaga se hundió de forma definitiva con el tercer gol, y después de que Dani Alves estrellase el balón en la madera con un libre directo, en un segundo intento Weligton tuvo tan mala fortuna que marcó en propia puerta poniendo la guinda el resultado.