La compraventa de pisos de segunda mano se desploma un 38% en sólo un año

El giro al alza de los tipos de interés, los todavía altos precios que imperan en el mercado y, sobre todo, la sequía crediticia impuesta por la crisis internacional han hundido un mercado inmobiliario que, hasta hace poco, suponía uno de los pilares del crecimiento económico español. La venta de pisos cae sin remedio, con los particulares como segmento más afectado, muy por encima de los promotores.

En los ocho primeros meses del año, las compras de casas de segunda mano descendieron un 38% interanual hasta las 17.747 operaciones, mientras las de viviendas nuevas alcanzaron las 19.997, un 14,6% menos, según los datos presentados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La hipoteca media concedida para adquirir una casa lejos de encarecerse, se abarata. Y quienes se pelean con su entidad para modificar las condiciones del crédito se llevan de media un 1,2% más de coste financiero.

Los números de agosto revelan el declive acelerado de todo lo relacionado con el negocio inmobiliario. La venta de fincas rústicas cayó un 32% en el mes y un 23% en términos acumulados (enero-agosto frente al mismo periodo de 2007), mientras las operaciones sobre fincas urbanas se deterioraron un 25% y un 33%, respectivamente. Dentro de este último apartado, la compra de viviendas cayó un 28% interanual y un 36% acumulado. Ni un solo dato positivo. Todo son desplomes sin precedentes. Incluso en el segmento de VPO, que registra caídas del 27% y del 32%.

Atracón

El atracón de ladrillos de los últimos años -reconocido por el propio sector- pasa ahora factura con toda crudeza. Las entidades financieras no se fían de nadie. Quienes hace bien poco eran recibidos con los brazos abiertos en las sucursales ahora son considerados clientes potencialmente peligrosos. Pero no es éste el único freno. El componente psicológico tiene también su importancia, pues muchos esperan tiempos mejores con la esperanza de que los precios se derrumben y surjan las gangas. Algo que, de momento, no sucede de forma generalizada.

Los promotores ya han advertido que antes de abaratar mucho más las casas las regalarán a los bancos. Algunos, inmersos en concursos de acreedores, no han tenido más remedio que entregarlas para pagar sus créditos. La ministra de Vivienda, Beatriz Corredor, exigió en el Congreso a los empresarios «el sacrificio» de ajustar sus márgenes. Fuentes oficiales estiman que a final de año habrá casi 700.000 pisos 'colgados' a la venta. Entre la debacle general, algunas excepciones. Como la de Extremadura, región en la que el pasado agosto la venta de casas creció un exiguo 1% gracias al mercado de pisos nuevos, que mejoró un 57% y compensó la caída del 17% en la segunda mano.

Los promotores también están de enhorabuena en Canarias, Castilla-La Mancha y Galicia, donde el segmento de primera mano avanzó un 14%, un 4% y un 43%, respectivamente. En el resto de España, números rojos sin remedio. Como los de Andalucía, Aragón, Baleares, Cataluña o el País Vasco, donde las operaciones de compraventa se recortaron por encima del 40%. En el apartado hipotecario, lógicamente, las cosas no van mejor. El crédito medio para la adquisición de un piso se alcanzó en agosto los 137.657 euros, lo que supone un 9,6% menos que en el mismo mes del pasado año, cuando esa variable crecía a un ritmo del 6,1%.

Revisión más cara

Las cajas de ahorro siguen liderando el negocio, con un 53,8% de los contratos firmados y un 50,3% del dinero concedido. Sus créditos se firman, de media, a 24 años de plazo y a un tipo de interés del 5,41%. Son muchos -aunque cada vez menos- los que se sientan con su banco o caja a renegociar las condiciones de su contrato. Una discusión que en el 50% de los casos se refiere a los tipos de interés.