PAN Y CIRCO

Mesura

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mi juicio, la eficacia del trabajo que realiza Javi Gracia gana en quilates merced, precisamente, a la mesura de sus declaraciones o, mejor, al «arte con el que explica su manera de trabajar». No es que no diga nada sino que acierta a la hora de administrar la información que, en cada momento, nos transmite. Este joven entrenador habla con sus trabajos bien hechos y, cuando emplea las palabras, éstas le sirven para dar cuenta de lo que ha hecho y para explicar las razones de sus, siempre, arriesgadas actuaciones. La manera discreta con la que desarrolla su eficaz tarea debe ser reconocida -cuando ya se ha cumplido la cuarta parte de la temporada- por todos los que estamos atentos a la marcha del equipo. Conscientes de la complejidad, de la dificultad y de la dureza de este juego tan azaroso y tan complicado, Javi no sólo evita las palabras que puedan interpretarse como suficientes, presuntuosas o petulantes, sino que, controlando el tono de la voz, las expresiones del rostro y los gestos corporales, manifiesta su firme voluntad de ir «pasito a pasito» -partido a partido-, subiendo por la empinada cuesta de la liga. Nos llama especialmente la atención que estas contenidas declaraciones de mesuras la profiera con mayor lucidez y contundencia, sobre todo, en estos momentos en los que el equipo está encaramado en el primeros puesto de la clasificación. Él es consciente de que los resultados dependen de muchos factores que no siempre son previsibles -por muy minuciosa que sea la planificación- ni controlables -por muy responsable que sea la gestión-. Pero nos sorprende gratamente el exquisito cuidado que pone para evitar que sus pronósticos puedan herir la susceptibilidad de los adversarios y, en consecuencia, estimular sus bríos. Este hecho nos demuestra que, en contra de las apariencias, la humildad, cuando es sincera, es prueba, más que de debilidad o de pequeñez, de realismo, de lucidez, de fortaleza y de grandeza.