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Cuentas a revisar

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l debate en torno a las enmiendas a la totalidad del proyecto de presupuestos para 2009, protagonizado sobre todo por el vicepresidente Solbes y por el líder de la oposición, Mariano Rajoy, se convirtió ayer más en el reflejo de una confrontación política buscada por los dos principales contendientes que en una discusión tenaz pero rigurosa y positiva sobre las Cuentas Públicas. El Ejecutivo se ha ahorrado la revisión del cuadro macroeconómico sobre el que elaboró los presupuestos en una actitud coincidente con los gobiernos de los demás países de la OCDE, que también han preferido eludir cualquier corrección en las previsiones como consecuencia de la gran incertidumbre en que se mueve la economía y para evitar mensajes de reajuste por adelantado cuando éste va a imponerse por la fuerza de los hechos. Las Cuentas presentadas por el Gobierno ni siquiera podrían calificarse de anticíclicas, puesto que buena parte de los compromisos sociales que consignan son muy anteriores al explícito reconocimiento de la crisis por boca de sus responsables. En el plazo de quince días, con la publicación de los datos de la EPA, del INEM y de la Seguridad Social, se evidenciará el grave retraimiento que experimenta el mercado de trabajo, como demostración de que la crisis financiera afectó muy seriamente a la economía real ya durante el mes de septiembre. La concurrencia entre la consiguiente reducción de los ingresos por IRPF y el obligado incremento de los costes de cobertura del desempleo invitaría a modificar los presupuestos durante su tramitación parlamentaria. Pero el desarrollo del debate de ayer permite augurar que el Ejecutivo mantendrá sin variar sustancialmente las distintas partidas de su proyecto presupuestario más al calor de la diatriba pública con el PP que porque no perciba la necesidad de introducir cambios en el mismo. Transcurrirán dos meses hasta que el Congreso de los Diputados esté en condiciones de aprobar definitivamente las cuentas para 2009. Un tiempo en el que, de seguro, la crisis alcanzará de lleno a muchas empresas y familias y que, además, puede deparar nuevas sorpresas en el ámbito financiero. Dos meses por los que el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero no podrá transitar solamente conteniendo la respiración gracias al ajustado apoyo parlamentario que ha obtenido para salvar los presupuestos.