DESPLIEGUE. Policías vigilan los accesos a un colegio de Missouri, donde McCain dio un mitin. / AFP
MUNDO

La seguridad necesita dinero

El departamento que protege a los candidatos pide otros 7,2 millones de euros por los gastos de la campaña

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El Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés) necesita dinero. Había reservado una partida de 81 millones de euros para preservar a los candidatos de cualquier amenaza para su vida. Para conservarles lejos de atentados, francotiradores... Pero se ha quedado corto. Demasiado. Hasta el punto de que sus rectores han solicitado una subvención al Congreso de 7,2 millones de euros para cuadrar los presupuestos. La actividad febril de los aspirantes al Despacho Oval, sus viajes al extranjero, la interminable carrera hacia la Casa Blanca y, sobre todo, las diversas amenazas que ha padecido Barack Obama han destrozado sus previsiones de gasto, que alcanzaron los 55 millones en 2004.

La mayúscula campaña electoral arrancó para este órgano el 3 de mayo de 2007 y ha movilizado a más de 6.000 agentes. Ese día, tres meses después de que anunciara su intención de reemplazar a George W. Bush, se hizo público que el afroamericano llevaría una escolta especial. Protegido. Y no fue porque él lo pidiera. No. Se trató de una elección del líder demócrata en el Senado: Harry Reid. «Cuando se enteró de que hubo amenazas contra la seguridad de Obama, pidió autorización para que el Servicio Secreto lo acompañara», explica un portavoz de Reid. El fantasma de Kennedy le persigue y también las violentas advertencias del Ku-Klux-Klan y el Partido Nazi.

Desde aquella fecha, el abogado nacido en Honolulu recibe trato de presidente. Su guardia pretoriana se asemeja a la de Bush. Nunca ningún candidato había recibido tan alta consideración, ni tan temprana -Hillary Clinton sí, pero su caso es especial al ser una ex primera dama-. De hecho, el séquito de agentes del DHS comenzó a seguir a McCain el 27 de abril de 2008, casi un año más tarde.

Obama -su nombre en clave para los ángeles que le siguen es Renegado- casi no puede respirar sin que una docena de personas le conserven la retaguardia. Mientras él prepara las proclamas para encender a una masa entregada, en el recinto que dará el mitin -y al que llegará en un todoterreno blindado- la actividad es febril. Varios miembros de las fuerzas especiales, con sus perros, buscan explosivos.También otean el horizonte, esos puntos ideales para un francotirador.

Nadie se libra del detector de metales -se han empleado más de 2.200 en las campañas de ambos candidatos para revisar a casi dos millones de personas-. Luego llega el cacheo, tras superar un perímetro de seguridad. El protocolo se mantiene siempre. Da igual el lugar; si es en el extanjero o si el candidato está de vacaciones. En Hawai, Obama corría con varios escoltas a sus espaldas. Y qué decir de las visitas a Irak. Estos pequeños saltos del guión -han efectuado más de 1.500 viajes- tienen la culpa de la desviación monetaria.

De momento, sólo ha habido pequeños sustos. Como cuando Palin gritó en dos ocasiones «¿mátenlo!» y el DHS, creado en 1865 para perseguir la falsificación de dólares, abrió una investigación por si alguien lo tomaba al pie de la letra. Y es que saben que Obama está en el punto de mira. Pero se muestra tranquilo.«Tengo la mejor protección del mundo». Para ello se han pedido 7 millones más.