POR DELANTE. Obama saluda a los asistentes del mitin que ofreció en Toledo (Ohio). / AFP
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McCain domina el miedo

El candidato republicano afirma que ha elegido luchar a pesar de la ventaja de Obama

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«Sé lo que es el miedo. Es un ladrón que se te cuela en el cuerpo por las noches y te quita la fuerza», recitó ceremonioso el candidato republicano, John McCain. «Lo he sentido antes y nunca dejaré que me vuelva a pasar. Soy americano y elijo luchar», sentenció. La víspera de su duelo final con Barack Obama, McCain repitió ese mantra una y otra vez en todas las apariciones públicas que precedieron al tercer debate presidencial, celebrado anoche en la Universidad de Hofstra, ubicada en Hempstead (Nueva York). El Daily News le dibujó en su portada vestido de vaquero a la puerta de un salón del oeste, flexionando los dedos en busca de las pistolas. El título: Duelo a vida o muerte para la campaña de McCain.

McCain lo tenía todo en contra. Con la disciplina del soldado que fue, ha esperado ocho años a que George W. Bush terminase su mandato para volver a presentarse a la presidencia, pero su antiguo rival no sólo le ha dejado con 72 años convertido en el candidato de más edad que nunca haya ocupado la Casa Blanca, sino ligado a un presidente con menos popularidad que Nixon y con una economía hecha trizas.

Políticamente es la tormenta perfecta. «Ni Jesucristo podría ganar este año como republicano», dijo anónimamente un estratega demócrata al tabloide neoyorquino. McCain, sin embargo, se ha caracterizado por crecerse ante la adversidad. De ahí las expectativas que el guerrero creó para el debate anterior, cuando prometió que «se quitaría los guantes» de caballero y atacaría con fuerza a su rival. Le salió el tiro por la culata al dejar traslucir su desdén por Obama con un despectivo «¿ése!» que ha quedado para la historia.

Ayer prometió de nuevo salir al ataque y cambiar la dinámica de la campaña en su última gran oportunidad. «Después de que le rompa ya sabéis que en el debate vamos a trabajar 24 horas, siete días a la semana», advirtió a los colaboradores y voluntarios de su cuartel general en Arlington, Virginia.

Poco que perder

Con las encuestas entre 4 y 14 puntos en contra, McCain no tiene mucho que perder. Era la hora de aprovechar el último gran momento de atención nacional, con una audiencia récord que en el anterior duelo llegó hasta los 63 millones de personas. De no lograrlo, el Daily News sólo veía seis posibilidades para que pudiera dar la vuelta a los resultados, a cual más extrema: desde una crisis internacional («por ejemplo, que Rusia invada Polonia»), o un ataque terrorista «que cambie el foco del miedo de la seguridad financiera a la nacional», el único aspecto en el que los votantes aún confían más en él.