La presidenta del Tribunal Internacional de Justicia de la Haya, Rosalyn Higgins, y el vicepresidente, Awn Shawkat Al-Khasawneh, durante la sesión sobre el conflicto entre Georgia y Rusia en La Haya. /Efe
guerra en el 'avispero del cáucaso'

La Haya ordena a Georgia y a Rusia acabar con la discriminación étnica en Osetia del Sur y Abjasia

La resolución afirma que, además, deberán facilitar ayuda humanitaria a esas zonas

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La Corte Internacional de Justicia (CIJ) ha ordenado tanto a Georgia como a Rusia poner fin y evitar cualquier acto de discriminación étnica contra cualquier ciudadano georgiano en las regiones secesionistas de Osetia del Sur y Abjasia y sus áreas adyacentes.

En una ajustada decisión adoptada por ocho votos a favor y siete en contra, los magistrados de este tribunal de la ONU determinan que "ambas partes deberán poner fin a cualquier acto de discriminación contra personas, grupos o instituciones" en Osetia del Sur y Abjasia y en las áreas adyacentes de Georgia.

Para Rusia, esta decisión es un fracaso de Tiflis ante la CIJ, ya que "no es lo que Georgia esperaba", como ha declarado tras el fallo el embajador ruso en Holanda, Kirill Gevorgian. Sin embargo, para Tiflis el hecho de que los jueces también hayan dirigido la orden a su país no es una crítica, sino que significa que Georgia "continúa estando ligada al derecho internacional", según la secretaria de Estado de Justicia georgiana, Tina Burjaliani.

Burjaliani ha precisado que, por lo demás, "el contenido de las medidas provisionales es el mismo" que había solicitado Georgia. La decisión de los jueces, ha agregado, es "exactamente lo que quería Georgia ", en especial porque la Corte "aceptó" ordenar medidas provisionales, como deseaba Tiflis.

Ordena medidas provisionales

El fallo de la CIJ también indica que ambas partes "deben abstenerse de promocionar, defender o apoyar discriminación racial realizada por personas u organizaciones" y habrán de facilitar ayuda humanitaria en la zona. Además, "deberán invertir todo su poder, cuando sea posible, para asegurar sin distinción de nacionalidades u origen étnico la seguridad de las personas", así como su derecho a la libertad de movimiento y residencia dentro de las fronteras del Estado y a la protección de las propiedades de los desplazados o los refugiados, especifica la Corte.

Con ello, el tribunal acepta ordenar medidas provisionales en este litigio, pero rechaza hacerlo tal como lo solicitaba Georgia, que pedía que esas medidas cautelares fuesen encaminadas solamente a Rusia.

La presidenta de la Corte, Rosalyn Hinggins, ha precisado que esta institución, la máxima instancia judicial de la ONU, "puede indicar medidas que sean en su totalidad o en parte otras de las solicitadas, o medidas que estén dirigidas a la parte que las ha requerido". Además, ha recordado que el ordenamiento de medidas provisionales "tiene un efecto vinculante" que crea "obligaciones legales que ambas partes están requeridas a cumplir".

El derecho a 'volver a casa'

En su fallo, la CIJ subraya que "es consciente de la situación excepcional y compleja en Osetia del Sur, Abjasia y las zonas adyacentes", donde la coyuntura es "inestable y puede cambiar rápidamente". En este sentido, opina que en "las zonas afectadas por el reciente conflicto (entre Rusia y Georgia ) la población de etnia georgiana sigue siendo vulnerable", pero también las de Osetia del Sur y Abjasia.

"Dadas las continuas tensiones (...) también las poblaciones de etnia sudosetia y abjasia son vulnerables", especifica la Corte en su decisión. Sobre la situación de los refugiados y de los desplazados, la CIJ constata que sus "problemas todavía no han sido resueltos completamente".

Georgia argumentó, durante las audiencias orales celebradas el pasado septiembre, que los desplazados en este conflicto han de tener el derecho a volver a sus casas. Rusia, por su parte, mantuvo que la CIJ no tenía competencia en el caso porque el litigio no versaba sobre limpieza étnica, como afirmaba Georgia, sino en todo caso sobre uso ilegal de la fuerza.

Tiflis presentó su denuncia contra Rusia el pasado 12 de agosto basándose en la Convención contra la Discriminación Racial de 1965. Tras este fallo, siguen los procedimientos ante la CIJ para que este organismo pueda tramitar el contenido de la demanda.