PRESIDENTES DE HONOR. La Familia Real observa el paso ante la tribuna de una unidad del escuadrón de sables de la Guardia Civil, en el desfile de la Fiesta Nacional. / EFE
ESPAÑA

El Rey pide una «respuesta coordinada» de todos los países europeos para atajar la crisis

La situación económica marca la recepción del Día de la Fiesta Nacional, a la que Zapatero no pudo acudir por la cita de París

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El Rey apostó ayer por una «respuesta coordinada» de todos los países de la Unión Europea como mejor receta para tratar de atajar la crisis. Don Juan Carlos se refirió a la complicada situación económica actual durante las conversaciones informales en la tradicional recepción en el Palacio de Oriente de Madrid con motivo del Día de la Fiesta Nacional. La crisis estuvo omnipresente en el acto, que, por primera vez, no contó con la presencia del presidente del Gobierno.

Apenas terminado el desfile militar, José Luis Rodríguez Zapatero volvió de inmediato al Palacio de la Moncloa para reunirse con sus asesores económicos a fin de cerrar los últimos detalles de la cumbre en la capital francesa con el resto de jefes de Estado y de Gobierno. El Rey disculpó la ausencia del jefe del Ejecutivo en la fiesta del 12 de octubre. Según el monarca, Rodríguez Zapatero ayer «está donde tiene que estar» porque «cada uno debe hacer su trabajo». Siempre refiriéndose a la situación económica, Don Juan Carlos mostró su preocupación, reiteró la necesidad de aunar esfuerzos para combatir la crisis y abogó, entre tanto, por «aguantar el tirón», a la espera de que la acción concertada de los países europeos traiga tiempos de mayor bonanza económica.

También el Príncipe de Asturias, acompañado de Doña Letizia, dejó ver su inquietud por la mala coyuntura financiera nacional e internacional. Como su padre, Don Felipe defendió las acciones coordinadas entre los socios europeos como principal apuesta. El heredero de la Corona dijo confiar en que los resultados del encuentro de París de ayer sean más positivos que los de la mini cumbre del fin de semana anterior, en la que sólo se dieron cita los mandatarios de Reino Unido, Francia, Italia y Alemania y, tras la cual, cada país actuó de manera independiente para apoyar a sus bancos y sistemas financieros.

Mil invitados

La crisis estuvo presente en la mayoría de las conversaciones de los casi mil invitados de este año a la recepción real. Hubo representantes del Ejército, de la Iglesia, del mundo político, cultural, social y periodístico español. El acto, como es tradición, dio comienzo con un largo besamanos en el salón del trono, presidido por la Familia Real al completo.

Ante la ausencia de Rodríguez Zapatero, la vicepresidenta del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, fue la encargada de representar al Gobierno y abrir el desfile de autoridades. Le siguieron doce ministros, el secretario general Iberoamericano, Enrique Iglesias, y los representantes del cuerpo diplomático acreditado en España, con el nuncio del Vaticano, Manuel Monteiro de Castro, a la cabeza como decano.

No faltaron los responsables de la más importantes instituciones del Estado: María Emilia Casas, presidenta del Tribunal Constitucional; Carlos Dívar, el nuevo presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo; los presidentes de ambas cámaras, José Bono y Javier Rojo; el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica; o el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido.

La cúpula de las Fuerzas Armadas también estuvo representada. Encabezó la delegación el nuevo jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general del Aíre José Julio Rodríguez Fernández, que este domingo participó por primera vez en los festejos del Día de la Fiesta Nacionales como máximo responsable militar de los tres ejércitos.

En la línea de saludos, la Familia Real se mostró especialmente afectuosa con dos veteranos de la política española: el ex ministro de la UCD Álvaro Rengifo, que ayer acudió a la celebración en silla de ruedas, y el presidente fundador del PP y actual senador, Manuel Fraga.