RODEADAS. Caridad Gutiérrez (delante) y Noelia Zambrana, en su taller. / ÓSCAR CHAMORRO
EMPRENDER EN CÁDIZ LA TORRE IMAGINARIA / CARIDAD GUTIÉRREZ / NOELIA ZAMBRANA

El taller de los sueños

Esta empresa de artesanía trabaja todo tipo de materiales para la construcción de carrozas de fiestas, muebles, decorados y lo que el cliente pida

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

¿De qué están hechos los sueños? En este caso, de corcho. Lacado por una aleación que los endurece hasta aparentar plástico duro y que les da una mayor vida. Los sueños cobran la forma de coches, de princesas, de brujas amables, de sirenas, de piratas, de ratas cocineras o de pompas de jabón. Y todos ellos caben en un mismo recinto. En la Torre Imaginaria.

Así se llama la empresa que crearon hace cinco años dos primas lejanas, Caridad Gutiérrez y Noelia Zambrana, y que ocupa una nave cedida por la Junta de Andalucía en un vivero de empresas de San Fernando. Desde allí esculpen en el material que sea necesario (aunque eso, suele ser corcho) las carrozas en las que los Reyes Magos atravesarán las calles el próximo 5 de enero o desde las que las ninfas del Carnaval lanzarán sus confetis. También han salido de su taller mascarones para pubs marineros y asientos especiales para zapaterías infantiles. Como su propio nombre indica, de la Torre Imaginaria «puede salir cualquier cosa en cualquier producto, como corcho, madera, hierro...», señala una de las tres socias que formaron esta sociedad limitada laboral hace tres años (la tercera integrante se encarga de la gestión económica).

Porque el cincel y los cepillos los esgrimen Caridad y Noelia. Ambas nacieron en Puerto Real y ambas cursaron sus estudios en la Escuela de Artes del callejón del Tinte gaditano. Hasta que no coincidieron en las aulas de especialización de ebanistería no descubrieron que eran de la misma familia: sus madres eran primas y ambas compartían el segundo apellido, Torre.

De aquella coincidencia surgiría años después el nombre de la sociedad. Antes de aquello, Caridad y Noelia colaboraron con una empresa que se encargaba de la construcción de las carrozas festivas «y desde entonces supimos que nos podíamos dedicar a lo mismo porque era un sector que apenas tenía presencia aquí», recuerda Noelia. Los primeros pasos los dieron en un local de su suegro. Hasta que se enteraron de la posibilidad de tener su propia nave prestada por la Administración durante tres años.

«Nos queda hasta marzo para buscar otro sitio, pero lo estamos haciendo con calma porque no tenemos la necesidad de estar en un polígono industrial; nos basta con una nave y desde allí trabajaríamos», apunta Caridad. De hecho, la Torre Imaginaria ha tenido clientes de fuera de la provincia, que han recurrido a ellas para la decoración completa de un local y tienen un acuerdo firmado con una empresa farmacéutica para el desarrollo de escaparates que van rotando entre sus distintos establecimientos de la provincia.

Sin embargo, el gran foco de actividad es el de las figuras para carrozas. Lo normal es presentarse a un concurso de un ayuntamiento y ganarlo con su propia apuesta de diseño, aunque, como destaca Noelia, «siempre hay algún concejal que se empeña en un personaje de moda porque es el preferido de su hijo».

¿Y hay que echarle mucha imaginación a la imaginación? «La mayoría de las veces los clientes vienen con una idea muy general y nosotras intentamos acercarnos a la idea con nuestra propia visión; lo raro es que venga alguien con una petición tan exacta que no nos deje nada a nuestra cuenta», comenta Noelia mientras pasa las hojas de su álbum de muestras. Por sus páginas pasan cunas con forma de ositos, cabeceros para niños en los que se asoman duendes, sillas con brazos de medusas sonrientes o bibliotecas falsas para decorar un pub irlandés. En corcho, madera, plástico, hierro. «Si tenemos que recurrir a un forjador, lo hacemos, porque lo importante es conseguir la imagen final lo mejor posible», acaba Caridad.