VUELTA DE HOJA

Más blanda será la caída

El Fondo Monetario estima que el batacazo de la economía española será de un 0,2, lo que si bien no es suficiente para partirse la crisma nos puede dejar convalecientes durante una larga temporada. Siempre que, quizá con el deseo de consolarnos, se nos dice que la crisis es mala para todos, se omite reconocer que para unos es mucho más mala que para otros. «Siempre tiene razón el sufrimiento», lo que ocurre es que no está razonablemente bien distribuido. Cuando Rudyard Kipling dijo, en un poema excesivamente ponderado, que sólo se llega a ser un hombre de verdad -un hombre o una mujer- cuando se es capaz de mirar al éxito y al fracaso como a dos impostores, hay que reconocer que la mayoría de los seres humanos prefiere acusar de farsante al primero.

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Ahora se está produciendo un fenómeno nuevo: mientras el FMI prevé un 15 por ciento de paro para el 2009, los restaurantes de lujo rebajan su precio y las farmacias caen sus ventas en un 30 por ciento. El horóscopo de los españoles es muy peculiar, pero las rachas malas siempre están acaparadas por los que menos tienen, que son muy celosos por su falta de privilegios. Que bajen los precios en los restaurantes de lujo nos induce a pensar que nos robaban en exceso cuando, no sin hacer un esfuerzo, los visitábamos. Un ambiente silencioso, una luz apropiada y un maître sonriente y bien graduado en genuflexiones exactas merecen tener su recompensa en la factura final, aunque antes nos hayan servido un pescado indescifrable con bechamel. Aprendí de Camba que sólo hay que visitar los grandes restaurantes o las tabernas populares con gracia, ya que todo lo intermedio es abominable. Baja el lujo para las personas pudientes. Las crisis económicas sólo son temibles para quienes tienen menos. Como son más, el reparto es mucho más fácil.