REUNIÓN. De izquierda a derecha, Alfredo Sáenz, Ángel Ron, Francisco González, Rodríguez Zapatero, Miguel Blesa, Isidro Fainé y Braulio Medel. / EFE
Economia

El Gobierno aumentará la garantía de los depósitos

Anuncia la medida tras una reunión urgente entre Zapatero y los máximos responsables de la banca para analizar la crisis financiera La iniciativa pretende calmar a los ahorradores

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Los clientes de la banca verán aumentadas de forma inmediata las garantías existentes sobre sus depósitos en el supuesto de que quiebre la entidad en la que tienen sus ahorros. Así lo anunció ayer el Gobierno minutos después de que José Luis Rodríguez Zapatero se reuniera en La Moncla, con carácter de urgencia, con los máximos responsables del sector para analizar el impacto de la crisis financiera, que ya azota a grupos europeos. Al acto asistieron el consejero delegado del Santander, Alfredo Sáenz -Emilio Botín no pudo acudir al encontrarse en el extranjero-; y los presidentes Francisco González (BBVA); Ángel Ron (Popular); Isidre Fainé (La Caixa), Miguel Blesa (Caja Madrid) y Braulio Medel (Unicaja), cuyas instituciones controlan gran parte del sistema en España y gestionan cuentas corrientes y depósitos que suman más de 856.000 millones de euros.

El Fondo de Garantía permite la recuperación inmediata de hasta 20.000 euros ingresados en un banco o caja que bloquee el acceso a sus activos por entrar en crisis. Ese techo -el más bajo al que obliga la UE- va a ser superado, pero el Ejecutivo no desveló anoche en qué cuantía, ni las condiciones, ni tampoco si las entidades deberán hacer aportaciones adicionales a la 'bolsa conjunta' que soporta esa solvencia mínima y que en la actualidad está dotada con 6.500 millones. La iniciativa parece estar respaldada por el propio sector -hasta ahora se había negado a ella al considerarla insuficiente-, que trasladó anoche el mensaje de que el encuentro en La Moncloa había resultado «fructífero».

Las nuevas garantías se conocerán en los próximos días. El Consejo de Ministros de Economía de la UE (Ecofin) debate hoy la adopción de medidas coordinadas y válidas para todos los socios comunitarios. Sus colegas de la Eurozona acordaron anoche situar en un mínimo de 40.000 euros el dinero asegurado a cada cliente de un banco o caja. La propuesta está pendiente del visto bueno de los Veintisiete.

El vicepresidente Pedro Solbes defendió ayer que lo más efectivo es una respuesta conjunta de la UE. También anticipó -tras la reunión de Zapatero con la gran banca llegó la confirmación- que, si no se alcanzara un consenso comunitario, España adoptaría «las medidas necesarias para que los depositantes tengan un tratamiento que sea el adecuado».

La reacción del Gobierno socialista pretende diluir los riesgos de un pánico generalizado entre los ahorradores y acabar con los temores sobre la solidez de los bancos españoles. Es un problema que ha comenzado a tomar cuerpo en las últimas semanas y que debe ser resuelto con urgencia, ya que amenaza con desestabilizar todo el sistema financiero. Además, el Ejecutivo estaba obligado a subirse a un tren en marcha: el de los países europeos que en las últimas horas se han comprometido a aumentar sus garantías, en una especie de carrera para evitar el desasosiego de sus ciudadanos.

El incremento de los 20.000 euros asegurados a los clientes del sector pretende «reforzar» la confianza en el sistema financiero español, explicaron ayer fuentes de La Moncloa. Zapatero y los responsables bancarios que asistieron a la reunión coincidieron en subrayar la «solvencia y fortaleza» del sector y su «compromiso» de proteger a los ahorradores e inversores. Las primeras reacciones, incluso sin conocer los detalles de la medida, fueron positivas. El presidente del PP, Mariano Rajoy, se aprestó a manifestar su apoyo a cualquier iniciativa que permita superar la crisis, mientras UGT y CC OO se felicitaban por la mejora de las garantías sobre los ahorros de los españoles.

Una nueva etapa

La crisis internacional agota etapas a la velocidad de la luz. Si, en el origen, el problema se concentró en la existencia de créditos dudosos en el mercado hipotecario norteamericano; más tarde en la contaminación que esos préstamos habían generado en la banca mundial a través de su conversión en bonos, lo que generó la posterior desconfianza entre bancos y el cierre del crédito interbancario, ahora la 'madre de todas las batallas' se juega a pie de calle, entidad por entidad y sucursal por sucursal.

Por primera vez tras la Segunda Guerra Mundial, los ciudadanos europeos -y, entre ellos, los españoles- comienzan a tener dudas sobre el dinero que han depositado en bancos y cajas. Los descalabros de algunas entidades británicas, el del banco belga Fortis y -el más reciente- el de la hipotecaria alemana Hypo Real Estate, son la base de ese temor.

Las tranquilizadoras declaraciones de los responsables públicos españoles se han revelado insuficientes para contener la ola de intranquilidad que llega del exterior. El propio Solbes se esforzó a fondo el pasado martes, cuando en la presentación de los Presupuestos del Estado para 2009 declaró que «los fondos depositados en los bancos no corren peligro». Tampoco ha bastado la reiteración de que los mecanismos de supervisión españoles son muy estrictos.