FELICES.Los niños juegan y desarrollan su psicomotricidad. / T. B.
PUERTO REAL

Los pequeños universitarios

La escuela 'La Algaida', ubicada en el campus de Puerto Real, es la primera en abrirse en la provincia de Cádiz Las cuidadoras son licenciadas en educación infantil

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El proyecto de crear escuelas infantiles en los diferentes campus de la Universidad de Cádiz (UCA) era un proyecto que llevaba muchos años en estudio, pero por diferentes circunstancias hasta el pasado año no acabó en una realidad al contar con las necesarias subvenciones. Así, se creó La Algaida, ubicada en el campus del Río San Pedro de Puerto Real, que es la primera escuela infantil universitaria de la provincia, con la intención de continuar construyendo en los demás espacios universitarios de Jerez, Algeciras y Cádiz.

La finalidad de estas escuelas es facilitar la conciliación de la vida laboral y familiar de todos los miembros de la comunidad educativa, y están destinadas a los hijos del personal docente e investigador, trabajadores no docentes y también de los alumnos que lo pudieran necesitar.

La escuela infantil combina las plazas privadas con las subvencionadas por la Consejería de Igualdad de la Junta de Andalucía y existe un convenio por el cual las plazas que no son cubiertas por los miembros de la comunidad educativa se ofrecen a la sociedad en general. De hecho, la escuela del campus puertorrealeño acoge niños de la barriada del Río San Pedro y del casco urbano de la ciudad, que habían solicitado plaza a la Junta.

La escuela infantil Algaida, que acoge pequeños desde los cuatro meses a los tres años, inició su andadura el pasado mes de septiembre, está abierta desde las 7.30 hasta las 17.00 horas, aunque existe un horario de acogida matinal: desde la apertura hasta las 9.30 horas para los niños cuyos padres lo necesitan, hora en la que entran los demás niños hasta las 12.30. Los pequeños cuyos padres quieren que se queden a almorzar están hasta la hora de cierre. Durante el mes de agosto, la escuela cierra.

Para todos

El centro cuenta con una directora, tres diplomadas en educación infantil, una coordinadora con la misma titulación y además licenciada en psicopedagogía . Aparte hay dos empleadas que realizan tareas auxiliares, conserjería, cocina y dos alumnos de magisterio en prácticas que realizan cualquier labor de apoyo.

El centro tiene muy claro el criterio que trabaja desde la inclusión por lo que no hace ninguna diferencia a la hora de aceptar niños con algún problema para lo que están preparadas por su carrera las cuidadoras y la propia directora que está especializada en esta materia al ser Sicóloga especializada en educación especial.

«Tanto los cambios de pañales como dar la comida a los pequeños o la limpieza necesaria son tareas igualmente educativas y son realizadas por las maestras y la propia coordinadora, aunque en algún momento las auxiliares echen una mano», comentó Maria Teresa Lozano, directora de la escuela.

El servicio de comedor es responsabilidad de un catering especializado en comidas infantiles, y los menús están adaptados a diversas edades, carta que reune todas las condiciones dietéticas, sanitarias y nutricionales que por adelantado aprueba la dirección del centro y que los padres conocen.

La escuela dispone de una mesa caliente para no romper la cadena de temperatura, ya que la comida llega caliente y se mantiene igual hasta que es servida a los niños.

Los pequeños que se quedan a almorzar duermen la siesta en la sala de usos múltiples, en unas camas apilables e individualizadas que tienen sábanas y almohadas que tienen una fotografía del usuario para que sean fácilmente reconocidas por los niños.

Las actividades que realizan los pequeños dependen de su edad, los más pequeños tiene muchos juegos libres atendidos para ayudarles en su educación y crecimiento. Hay algunos que están aprendiendo a andar y jugando se les anima a que se esfuercen y se desplacen.

Actividades

Todos los crios salen al jardín del centro, donde hay varios y hermosos pinos, palmeras y cuidado césped, donde los más pequeños juegan en el arenero o comienzan a participar en los juegos de los más mayores montando en triciclos, y otros juguetes. Los mayorcitos tienen sus asambleas en las que se saludan, hablan unos con otros, cantan canciones, dramatizan cuentos o realizan actividades plásticas, obras que regalan a sus padres o son expuestas en el centro.

En la sala de usos múltiples, los pequeños participan en otros tipos de juegos sociales destinados a desarrollar su psicomotricidad.

El uso del lenguaje está presente constantemente en todas las actividades, de hecho, mientras se cuida al niño, se le habla y se le dice lo que se está haciendo para que el pequeño adquiera un lenguaje comprensivo y lo empiece a usar.