DESESCOMBRO. La excavadora retira los escombros del agujero de tres metros abierto por la bomba en los juzgados de Tolosa. / EFE
ESPAÑA

Un vigilante esquivó «de milagro» la bomba de ETA en los juzgados de Tolosa

Dos terroristas reventaron la fachada del edificio con con diez kilos de explosivo pero no causaron víctimas

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Un vigilante de seguridad salvó ayer la vida «de milagro» al abandonar los juzgados de Tolosa justo antes de que estallase la mochila bomba con unos diez kilos de explosivo con la que ETA reventó, a la 1.15 horas, el edificio judicial del pueblo guipuzcoano.

La explosión destrozó la fachada de los juzgados, hizo un boquete de más de tres metros de diámetro, rompió las ventanas y cristales de numerosas viviendas cercanas y dañó unos veinte coches, pero no causó víctima alguna. La zona fue desalojada por agentes de la Ertzaintza tras conocer que un joven, que se identificó como miembro de la banda terrorista, alertó sobre las 0.47 horas a la DYA de la existencia de la bomba y de la hora prevista para su deflagración.

El consejero vasco de Justicia, Joseba Azkárraga confirmó ayer lo cerca que estuvo ETA de provocar una nueva tragedia y explicó que el artefacto explosivo fue colocado junto a la fachada de los juzgados una hora antes de la explosión por dos terroristas.

El consejero dijo que pese a los graves daños sufridos por el edificio, en el que reventaron las ventanas y cristales de los cinco pisos, se desprendió buena parte del revestimiento de la fachada y resultaron afectadas dependencias de la primera planta, los juzgados de Tolosa volverán a funcionar el lunes o martes próximos.

ETA reapareció en Tolosa dos semanas después de que alcanzase su punto más violento desde el final de la tregua con la colocación de tres coches bomba, con cien kilos de explosivo cada uno, en menos de 24 horas en Vitoria, Ondárroa (Vizcaya) y Santoña (Cantabria) y con el asesinato en el último de los atentados del brigada del Ejército Luis Conde.

El atentado de ayer es el número 35 que ejecuta la banda desde que el 30 de diciembre de 2006 rompiese de manera efectiva el alto el fuego y es el cuarto que dirige contra el Poder Judicial en la nueva etapa de violencia. Los tres anteriores tuvieron como objetivo los juzgados de Sestao y Getxo, en Vizcaya, y Bergara, en Guipúzcoa.

La justicia, en la diana

El penúltimo atentado contra la justicia, el pasado 8 de febrero, se produjo horas después de que la Audiencia Nacional suspendiese las actividades de ANV y PCTV y encarcelase a toda la Mesa Nacional clandestina de Batasuna y el ocurrido ayer tuvo lugar dos semanas después de que el Tribunal Supremo ilegalizase a los dos partidos «fagocitados» por ETA y que la Audiencia Nacional condenase y encarcelase a los principales líderes de Gestoras Pro-amnistía, la organización que controlaba a los presos de la banda.

Todos los partidos nacionales y vascos salvo la izquierda abertzale condenaron el atentado y los portavoces de PNV y EA tuvieron palabras especialmente duras para ETA y su mundo. El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, dijo que quien vive un estado de excepción es la sociedad vasca por culpa de ETA y Azkárraga (EA) indicó que el problema «fundamental» está «en quienes guardan silencio ante este tipo de actuaciones». La portavoz del Poder Judicial, Gabriela Bravo, aseguró que «ningún acto terrorista impedirá que el Poder Judicial en su conjunto siga desarrollando con total normalidad su función constitucional de tutela de los derechos de los ciudadanos».