VISITA. Los escolares pasaron durante la jornada de ayer por los stands de la feria. / ÓSCAR CHAMORRO
CÁDIZ

Entre morcillas y butifarras

La Feria Gastronómica, en pleno corazón del barrio de Santa María, celebra hoy su jornada dedicada a los niños, con pasacalles y juegos

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Bajo los compases musicales del flamenco, los visitantes a la Feria Gastronómica de la provincia de Cádiz se encargaron ayer de despachar todo tipo de tapas y vinos ofrecidos por las azafatas en los doce stands instalados en la plaza de la Merced, en pleno corazón del barrio de Santa María, la cuna del flamenco de la ciudad. Al mediodía los puestos abrieron sus puertas para dar la bienvenida a los vecinos con degustaciones de todo tipo. Con mucho arte, África Osuna servía moscatel y fino de las Bodegas Velez. «Tenemos todo tipo de vinos de Chiclana; desde el cream hasta el fino Reguera, que es muy demandado por las personas mayores de 60 años. Se trata de un fino de una fase más antigua, más añejo, una de las joyas de esta bodega que no tiene nada que ver con Málaga», explica sin perder la sonrisa.

En el stand colindante Elisabet Gallardo coloca diferentes platos de butifarra y morcilla sobre el mostrador. «El chicharrón chico estamos que nos llegue de Chiclana», dice. Los productos de la marca La Campera vuelven a repetir asistencia a la feria este año. «Esperemos que mañana (por hoy) venga más gente a visitarnos porque estos días ha estado un poco floja la asistencia. Sólo con el espectáculo nocturno del flamenco esto cobró algo de vida», afirma con cierta preocupación Ramón Benítez, uno de los socios del stand.

En relación a los precios hay de todo, «desde chorizos a dos euros, a longanizas a tres», aclara la joven dependienta, mientras Alberto y Josefa, apalancados en la barra, no paran de picar embutido. «¿Qué rico!», comentan.

Las conservas Sancti Petri, especialmente los filetes de caballa y las morrillas de atún, también tuvieron gran aceptación entre el poco público que se desplazó ayer hasta la feria. Dolores Vega, la dependienta, confía en vender muchas de estas latas hoy porque «la gente no trabaja y se dedica a pasear por el centro de la ciudad», aclara.

Zancudos y malabares

José María Caro, gerente de la asociación de comerciantes de Santa María (Cosama), también confía en que mejore la asistencia de público porque «hay muchas empresas que han apostado por la feria y han trasladado sus productos hasta el barrio».

Caro reconoce que el año pasado, durante la primera edición de la feria, tuvieron algo más de suerte porque diariamente arribaron al puerto de Cádiz cruceros procedentes de todo el mundo. Sin embargo, «este año sólo habrá cruceros el domingo (mañana) día de la clausura», lamenta.

A pesar de todo ello, hoy se espera una mayor asistencia de público. Existen muchas esperanzas puestas en esta jornada. Desde la directiva de la asociación de comerciantes de Santa María se ha elaborado una programación a conciencia para atraer a las familias. La jornada de hoy está dedicada a los niños. Los zancudos y juegos malabares del Grupo Ati serán el mayor gancho para que los infantes lleven hasta la plaza de la Merced a sus padres a partir de las seis de la tarde. Ayer ya pasaron los primeros escolares por la zona, acompañados por sus profesoras, para familiarizarse con los productos gastronómicos de Chiclana. Y es que «la cultura gastronómica también existe», como dijo una de las tutoras. La noche estará amenizada con un espectáculo flamenco a las nueve en el escenario instalado en la plaza de la Merced.

Mañana al mediodía está prevista otra actuación flamenca y una ruta teatralizada por el barrio a cargo del grupo De ida y vuelta. La feria será clausurada a las dos y media de la tarde. Cabe recordar que esta jornada no habrá degustación de productos, según anunció Cosama, entidad que organiza el evento.