ESPAÑA

Guerra de cifras en una 'mañana de pasión'

Zapatero y Rajoy se enredan en acusaciones mutuas sobre la gestión económica

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La sesión de control al Gobierno en el Congreso volvió a tener como telón de fondo la crisis, y en ese escenario José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy se enzarzaron en una refriega de cifras que no aclaró nada. Con los números en la mano, el jefe del Ejecutivo defendió que con su política económica la renta media de los españoles ha superado la de los europeos. El líder de la oposición sostuvo, por el contrario, que esa política económica ha sido «un fracaso».

El hecho de comenzar la sesión de control parlamentario al Ejecutivo a las nueve de la mañana no ha mermado un ápice la combatividad desde los escaños, al extremo de que la vicepresidenta de la cámara, la socialista Teresa Cunillera, tuvo que pedir a sus señorías que mitigaran su «pasión mañanera» porque no había forma de entender nada.

Los abucheos, aplausos y pateos no hicieron mella, sin embargo, en Zapatero ni en Rajoy. El presidente subrayó que durante el último Gobierno de Aznar con el paro en el 14%, se trataba de «un milagro», según la valoración que hacía el PP, y ahora, que está entre el 11% y 12% es, para ese mismo partido, «dramático» El presidente del PP replicó que mientras el desempleo ha bajado en Francia, el 0,9%, y Alemania, el 1,1%, en España ha subido el 2,8%. Para Rajoy, estos datos revelan que la política económica del Gobierno consiste en «no hacer nada», y las decisiones, cuando se toman, son las «equivocadas». Si el jefe del Ejecutivo y el líder opositor se empeñaron en demostrar que las cifras ajenas eran peores que las propias, la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega y la portavoz popular, Soraya Sáenz de Santamaría, pugnaron por aclarar quién recorta más los gastos sociales. La número dos del Ejecutivo denunció que el PP «mete las tijeras en las prestaciones sociales», y puso el ejemplo de Madrid y Valencia y la privatización sanitaria. Sáenz de Santamaría replicó que el Ejecutivo ha rebajado en 3.000 millones la financiación sanitaria y 700 millones en las aportaciones a los municipios.