SIN TELEVIDENTES. El presentador Conan O'Brien durante la última gala de los Emmy. / A.P.
TELEVISIÓN Y RADIO

¿Por qué no las vemos?

Las series norteamericanas de mayor prestigio no se emiten en abierto en España y quedan en manos de canales de pago

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En la madrugada del lunes -hora española- se dieron los premios Emmy de la televisión norteamericana. Al día siguiente, los medios de comunicación informaron de los nombres de las teleseries ganadoras y resaltaron tanto la calidad técnica como artística de las mismas. Pero seamos sinceros, ¿a quién le suena Mad Men, 30 rock, John Adams o Brothers & sisters, el trabajo por el que la actriz Glenn Close ha merecido un galardón? Sólo una de estas series se emite en España en abierto, 30 rock. Pueden verla de madrugada en La Sexta dentro del contenedor Series de culto rebautizada como Rockefeller plaza. Algunas de ellas se pasan por las plataformas digitales de pago durante un año y el resto aún no se ha estrenado ni siquiera en ellas. ¿Por qué?

«Tira más la ficción nacional. Es lo que la gente pide», es la muletilla que se repite desde todas las televisiones. Telecinco, actual líder de audiencia, reconoce por ejemplo que hace años decidió reducir la inversión en producción ajena «porque el coste no compensaba el rendimiento de público». Algo curioso porque adquirir series extranjeras sale más económico que producirlas. Sin embargo, un rápido zappeo por la franja nocturna revela que el producto nacional manda. ¿Es más rentable? En términos de audiencia absoluta sí, pero no sólo eso. «Una serie española marca también la identidad de una cadena, como ha hecho TVE con Cuéntame o Telecinco con Camera café», reconocen.

Off the record muchas cadenas admiten que las series extranjeras se maltratan desplazándolas del prime time al llamado late night -a partir de medianoche- o emitiendo más de dos capítulos seguidos. Es lo que TVE hizo con la venerada Perdidos o Antena 3 con la inmensamente popular en América 24. Y es que las series americanas actuales no son lo que eran. Se acabaron los culebrones estilo Falcon Crest o los capítulos de estructura repetitiva como El equipo A. Más cercanas al cine, con mayor empaque productivo e interpretadas por actores de relevancia, han conquistado a un público joven que demanda nuevos contenidos y que se mueve por Internet para seguir a sus personajes favoritos de House o Sexo en Nueva York como pez en el agua.

Cuatro es uno de los pocos canales que emiten series americanas en abierto a las diez de la noche. Anatomia de Grey, Dexter y Medium son algunas de las nominadas a premios que se pueden ver entre semana en esta cadena. «Para nosotros es más fácil programar series a esas horas que para Telecinco o Antena 3 porque un 12% de audiencia nos resulta un porcentaje muy bueno y no tanto para otras», reconoce Alejandro Flores, responsable de producciones ajenas en Cuatro. Esta cadena dice haberse identificado con la emisión de este producto desde su nacimiento y, de paso, anuncia la próxima emisión de Mad Men, la gran triunfadora de los Emmy ene sta edición, una serie que en su primera temporada en Estados Unidos sólo convocó a 900.000 espectadores y que esta temporada, con casi 2.000.000 de fieles, ha sido investida como la heredera de Los Soprano, otro trabajo que en España tardó años en verse en abierto.

Las cadenas de televisión adquieren las series americanas a través de acuerdos con las majors que les venden series de primera calidad, pero calidad no es sinónimo de triunfo. «Cuesta hacer que una serie norteamericana cuaje», reconcen desde Antena 3. Esta cadena tuvo que emitir las seis temporadas de la serie 24, que en 2005 ganó el Emmy a la mejor serie dramática, acumulando episodios o en horarios estrambóticos porque sencillamente no funcionó bien en audiencia. Y eso a pesar de su promoción. Desde Digital +, Alex Martínez, director de contenidos, reconoce que ellos no tienen ese problema. «No luchamos por las audiencias. Sólo buscamos calidad y prestigio». Cuando la plataforma de pago adquiere una serie se asegura además de que la temporada no se emitirá en abierto hasta un año después, algo que retrasa sine die el pase gratuito de la misma.

Y este es el último eslabón que cierra el círculo. En el mundo globalizado donde abundan con alegría los programas de intercambio de archivos y donde ciertas series, como reconocen muchos televidentes, pueden encontrarse al día siguiente de su emisión en Estados Unidos subtituladas en castellano en Internet, ¿por qué esperar? y, sobre todo, ¿para qué verlas después?