RETORNO. Ale del Amor (i) volvió a la que fue su casa con la camiseta del Ciudad de Jerez. / VÍCTOR LÓPEZ
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El que la sigue...

Remontada épica del Virgili ante el Ciudad de Jerez en un bonito derbi que ofreció goles, espectáculo e intensidad

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De libro. Un derbi de libro. De esos que se destacan en los manuales. El duelo entre Virgili y Ciudad de Jerez se convirtió en un derroche de espectáculo, buen juego, emoción e intensidad. Los hombres de Juan Carlos Gálvez consiguieron remontar un encuentro que se les puso muy cuesta arriba en la primera parte, merced a los desajustes defensivos y a la falta de precisión al finalizar las jugadas.

Si hubiera que darle a alguien el MVP del choque, ese sería sin duda Ale del Amor. Ayer lo hizo prácticamente todo. El ex del Virgili dirigió a su equipo y fue el autor de los dos primeros goles jerezanos. Dos tantos en los que la defensa y el portero gaditano tuvieron mucho que decir.

No obstante, aunque las cosas no le salían, el conjunto local lo intentaba insistentemente, y fruto de ello llegaría el primero de Ale, que se aprovecha de una pérdida de balón para batir a Wilfred, otro ex del Virgili que tuvo intervenciones muy destacadas.

Pero poco duraría la alegría, pues en la siguiente acción, Luis Jara se aprovecha del despiste local para hacer el tercero. A falta de tres minutos para el descanso, una falta sin peligro en campo rival se convierte en doble penalti, al ser la quinta. La acción la convierte Beltrán en el cuarto y así se llega al descanso.

Mucha casta

Parecía que todo estaba perdido. Todo hacía pensar que el derbi caería de lado jerezano, pues la renta era suficiente para jugar con el marcador. No obstante, los de Juan Carlos Gálvez tiraron de casta y le dieron un auténtico baño al rival. Goles, balones al palos, paradas de Wilfred...Una locura. Diegui, Lucas, Ale, Varela... y se certificó la remontada. El Ciudad de Jerez, mientras tanto, bajó mucho la intensidad.

A pesar de ello, pudieron llevarse el empate sobre la bocina. Del Amor cae al suelo al saque de un córner en la última jugada. El árbitro mira para otro lado.