CRÍTICA DE TV

BRB Nero

La 2 ha estrenado esta semana lo nuevo de la ficción española: se llama Plutón BRB Nero (léase plutón verbenero), lo ha ideado y dirigido el cineasta Alex de la Iglesia y podemos definirlo como una gigantesca gamberrada en torno a la ciencia-ficción. El planteamiento es el siguiente: en el siglo XXVI, la Tierra se ha quedado pequeña, la gente no cabe y se hace urgente encontrar un planeta para emigrar; el presidente mundial, MacCauley Culkin III (como el actor de Solo en casa), decide enviar una nave capitaneada por el marine español Valladares para encontrar el planeta en cuestión; a partir de ahí, todo consiste en ver cuántos disparates pueden acumularse sobre la narración, si es que es factible hablar de narración en este delirio. Plutón BRB Nero es ante todo una gamberrada; tiene que enjuiciarse como tal y cualquier otra evaluación sería confundir las cosas. En tanto que gamberrada, el producto está bien: hace reír, tiene buenos golpes, el escenario es todo lo astroso que debe, los actores son eficaces, Carolina Bang está buenísima, Rosswell (Enrique Villén) es repulsivo, el guión -un tanto pobre- está puesto al servicio del delirio permanente y uno termina de ver el episodio con la sana alegría de quien ha soltado un pis sobre el felpudo de ese vecino al que tanto detesta. O sea, bien.

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Pero ni un paso más allá. Quien quiera ver aquí una hazaña del audiovisual español, hará tanto el ridículo como quien pretendiera ver una nave espacial de verdad en el cubilete del capitán Valladares. Plutón BRB Nero tiene todos los defectos de la cultura audiovisual española en su conjunto, empezando por ese singular rigor de nuca que te obliga a mantener el cuello agachado y, en consecuencia, te impide mirar las cosas por encima de la cintura, siempre más o menos al nivel del suelo. Técnicamente hablando, lo mejor de Plutón BRB Nero es su web: un abigarrado escaparate donde el aficionado encuentra de todo. Para aumentar la interactividad, uno puede entrar ahí y descubrir la manera de participar como extra en algún capítulo . Hay que reservar una última consideración para TVE, que es la que paga la fiesta. Sólo esto: ¿No debería TVE colocar en primer lugar otras prioridades?