VETERANA. La directora finlandesa, junto a su traductora, en la Asociación de la Prensa. / VÍCTOR LÓPEZ
Cultura

«Los directores de ficción sólo hablan de dinero»

Pirjo Honkaasalo protagoniza el primer encuentro con cineastas de Alcances y resalta la salud del documental

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«El cine de ficción está dirigido a niños de 12 años y a su forma de entender el mundo. El documental, sin embargo, se rueda para personas adultas». Esta simple definición sobre los dos géneros audiovisuales ha acompañado durante décadas a Pirjo Honkaasalo, además de una de las directoras de cine más importantes de su país, Finlandia, máximo exponente del cine documental a nivel mundial. Apenas separadas como forma de expresión, cada vez más identificadas sus técnicas de elaboración, las películas de ficción y las consideradas historias reales difieren únicamente en el sentido «ético» que les imprime quien las dirige y produce. De esta cuestión sensible se hizo eco ayer la realizadora finesa, en el primero de los encuentros que la organización de Alcances ha programado para rendir homenaje a los autores protagonistas de los Pantallas de esta edición, el colombiano Luis Ospina y la misma Honkaasalo.

Durante su charla con periodistas y aficionados, la directora de la trilogía de «lo sagrado y la maldad», realizó un somero repaso a su extensa carrera -35 películas con responsabilidades diferentes-, los obstáculos sorteados, las personas y los personajes que participan en su obra, además de algún que otro comentario burlón sobre los directores de cine de ficción. «Cuando dos documentalistas se encuentran hablan de los problemas que azotan al mundo, cuando charlan dos directores de ficción, lo hacen de dinero».

Cuando culminó sus estudios de audiovisuales y emprendió su trayectoria profesional -años 70- Pirjo Honkaasalo formaba parte de una sociedad machista en la que resultaba muy complicado abrirse un eco en el universo de la producción. Entre sus logros, erigirse en la primera directora reconocida de su país, y saber aprovechar las «bondades» de un sistema injusto. «Me he librado varias veces del acecho de la KGB por el hecho de ser mujer. En algunos casos porque no confiaban en que pudiese filmar algo digno en su territorio, otras por la belleza de mi ayudante», declaró la cineasta, que ultima los detalles de su último documental rodado en Japón.

Como ocurre en casi todas las expresiones artísticas, el cine documental arrastra los problemas de la financiación y las escasas posibilidades de dar salida a una producción no comercial. Ni siquiera el trabajo de los protagonistas de sus películas resulta gratis. «Siempre doy la mitad de los beneficios a los personajes, pero después que ha acabado todo. El protagonista de Atman, fue asesinado a manos de sus vecinos envidiosos», lamentó la directora.