PELIGRO. Un grupo de personas conversa junto al lugar donde fue descubierta la bomba-lapa. / IGNACIO PÉREZ
ESPAÑA

Un policía salva la vida tras recorrer doce kilómetros con una bomba bajo su coche

Los investigadores atribuyen el atentado al mismo grupo de ETA que intentó asesinar a un concejal de Galdakano en octubre de 2007

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Un agente del Cuerpo Nacional de Policía salvó ayer la vida de manera milagrosa tras recorrer aproximadamente doce kilómetros en Bilbao con una bomba-lapa adosada a los bajos de su coche. Sólo la fortuna y la falta de pericia de los terroristas evitaron la tragedia, pues el artefacto no fue localizado hasta que el funcionario llegó a su destino.

Los Servicios de Información de la Policía no dudan de que se trata de un nuevo atentado de ETA, que desde el asesinato del ex concejal socialista Isaías Carrasco, el pasado 7 de marzo, no buscaba una muerte directa. Las Fuerzas de Seguridad apuntan al mismo comando que en octubre del pasado año intentó matar por idéntico procedimiento a un edil de Galdakano.

El atentado de ayer contra el policía se produjo por la tarde. El agente, que vestía de paisano, comió en un restaurante del barrio de Zorroza, al norte de la capital, muy cerca de Baracaldo.

Terminado el almuerzo, se subió a su vehículo particular, que había estado aparcado sin vigilancia en las proximidades, y atravesó gran parte de Bilbao hasta llegar a su lugar de trabajo habitual, la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en Basauri, en el número 90 de la avenida Lehendakari Aguirre.

Es un vetusto edificio donde se ubica la Unidad de Coordinación Operativa del cuerpo y una oficina de expedición del DNI, muy próximo a la prisión provincial vizcaína. Para llegar hasta allí, el agente tuvo varias opciones, pero fuese cual fuese el recorrido escogido, se trata de rutas complicadas y con mucho tráfico. A la entrada del recinto policial, los agentes que controlan el acceso dieron el alto al coche para la revisión rutinaria de los bajos con espejos, momento en el que vieron el bulto sospechoso, colocado en la parte delantera.

De inmediato, los agentes avisaron a los grupos de desactivación de explosivos. La policía acordonó la zona y cortó al tráfico la carretera BI-625 que rodea las dependencias policiales. Los TEDAX y uno de sus robots lograron neutralizar el artefacto intacto poco después de las 19.30 horas. A esa hora, la zona fue reabierta al tráfico.

La bomba, según las primeras estimaciones, contenía un kilogramo de pentrita, explosivo de tipo rompedor utilizado de manera habitual por ETA en los últimos tiempos. En enero de 2007, las fuerzas de Seguridad localizaron en Atxondo (Vizcaya) un zulo con 180 kilogramos de éste y otros explosivos, así como material para la fabricación de bombas-lapa. El artefacto falló, al parecer, por un error en el sistema de iniciación por movimiento, tal y como explicaron después mandos de la lucha antiterrorista.

El policía, que lleva treinta años de servicio en el País Vasco destinado a funciones administrativas, reconoció que sólo miró los bajos de su vehículo por la mañana, al salir de su domicilio, pero no por la tarde, tras la comida, momento que podría haber sido aprovechado por los terroristas para colocar el artefacto.

La Policía no tienen «apenas dudas» de que el grupo que este martes intentó asesinar al agente es el mismo talde de ETA que el 9 de octubre de 2007 colocó una bomba-lapa en el coche que conducía Gabriel Ginés, escolta del concejal del PSE-EE en Galdakano Juan Carlos Domingo. El guardaespaldas resultó herido con graves quemaduras al explosionar el artefacto en el barrio de La Peña en Bilbao, también tras recorrer varios kilómetros con la bomba bajo el vehículo.

Subgrupo

Las informaciones sobre las costumbres de Ginés y Domingo fueron recabadas por un subgrupo del comando Vizcaya que operaba al sureste de Bilbao y que tenía informadores en Galdakano y Basauri, municipios separados por cinco kilómetros. Ese grupo no cayó en la redada de julio contra el comando Vizcaya en la que fue detenido su jefe, Arkaitz Goikoetxea, y ocho de sus subordinados.

Los investigadores, a la espera de profundizar en el estudio de la bomba recuperada intacta ayer, anticiparon que el artefacto es «muy similar» al usado en octubre del año pasado y que, como entonces, no explotó en el momento en el que el vehículo realizó las primeras maniobras.

No fue éste el único ataque perpetrado ayer contra las fuerzas de seguridad en Vizcaya. Antes del intento de asesinato del policía, a las 11.00 horas, el objetivo de los terroristas fue la vivienda particular de un ertzaina en Baracaldo en cuya entrada colocaron un artefacto incendiario que no llegó a estallar.

El Departamento de Interior vasco abrió una investigación y atribuyó el ataque a los grupos de violencia callejera. En el momento del atentado, la vivienda del agente de la policía vasca se encontraba vacía. El artefacto estaba compuesto por una botella de líquido inflamable, un aerosol y un petardo.