El Barça de Pep Guardiola coge fuerzas en Europa ante el Sporting

El Barça sumó una victoria sólida ante el Sporting de Lisboa para estrenarse con éxito en la Liga de Campeones. Una jugada de estrategia, una pena máxima y una entrada de Xavi desde la segunda línea bastaron para superar a un conjunto portugués que se encontró con un tanto casi sin quererlo que aumentó la emoción en el tramo final del partido.

El Camp Nou está frío. Demasiado. Una actitud expectante que ofrece un estadio más pendiente de la protesta que del aplauso.

Casi nadie anima. Todos esperan. Hasta se permiten el atrevimiento de silbar a Leo Messi cuando el astro argentino evidencia su nula confianza en su pierna derecha. Le costará a Guardiola reactivar a la tocada masa social azulgrana.

El técnico catalán está construyendo un buen equipo al que le falta rematar su labor en el último tercio. Guardiola se sacó de la chistera un nuevo lateral izquierdo. Insólito. Con Abidal descartado y Sylvinho y Cáceres en el banquillo, Puyol tomó la parcela. Una curiosa decisión que permitió comprobar cómo Piqué y Márquez completaban una excelente dupla central. El primero resultó un prodigio de anticipación acompañado de un acertado criterio en el pase. El mexicano sumó a sus aciertos defensivos un certero cabezazo mediada la primera mitad que rompió la resistencia portuguesa.

Funciona la pizarra

Inaudito. Un saque de esquina relajaba al personal. Un espectador que veía cómo su equipo recuperaba con rapidez el esférico fruto de su buena actitud y disposición táctica. Una afición que observaba cómo sus jugadores resolvían con criterio la distribución del esférico hasta que llegaban a la frontal. En ese escenario les faltaba chispa. Acumulaban algunas ocasiones, la mejor una de Messi tras un espectacular eslalon, pero seguían sin profundidad.

Regalo lisboeta

Ese escenario se recrudeció tras el tanto de Márquez. El Barça bajó su intensidad hasta que Henry se aposentó en la posición de delantero centro, acumulando un par de buenas ocasiones en el tramo final de la primera mitad. Del Sporting, pocas noticias. Una falta de Rochemback rechazada por Valdés y nada más. Un espejismo de equipo.

Para completar su aberrante puesta en escena el Sporting le regaló un tanto al Barça. Una buena recuperación de Xavi y un veloz centro pusieron a Abel en la espalda de Eto'o. Al lateral portugués no se le ocurrió otra cosa que empujar al camerunés, que convirtió la inocente pena máxima.

Al Barça le sentó fatal el nuevo gol. Bajó sus revoluciones hasta un punto muy peligroso. Tanto que en otra falta justita señalada por el pésimo árbitro francés, un error de marcaje le costó el tanto. Otra vez el rival de los azulgrana se encontró un gol de la nada. Un acrobático remate de Tonel les devolvía a la pomada.

Los azulgrana habían obviado el primer aviso de Moutinho. Dos ocasiones y un gol. Poco bagaje para tanto premio. En esa tesitura Guardiola volvió a sorprender dejando al equipo sin delanteros centro, colocando a Messi en esa posición. El Barça reaccionó aumentado las revoluciones. El argentino, en dos ocasiones, e Iniesta, tuvieron la sentencia definitiva hasta que Xavi recogió un medido centro del de Fuentealbilla para cerrar el triunfo azulgrana.