El Trofeo

riesgo de despertar a mis detractores, traigo a colación uno de mis temas favoritos, cual es el, en otros tiempos llamados por méritos propios, Trofeo de los Trofeos. E insisto un año más en mi cruzada: Cuadrangular, sin ánimo de lucro, sin participación del Cádiz y organizado por el Ayuntamiento. Posiblemente no sea el momento adecuado para reflexionar sobre tal cuestión, pero el problema radica en que los obligados a tal reflexión nunca encuentran dicho momento. En los últimos tiempos, Muñoz, con buen criterio, acudió a dos premisas básicas para el éxito del Carranza, cuales son la retransmisión por una televisión de cobertura nacional y la participación obligada del Real Madrid o el Barcelona. Y tan cierto es que los dos colosos de la liga española salen rana en la mitad de las ocasiones, como que cualquier otra alternativa tiene el fracaso garantizado, y a la paupérrima asistencia al evento celebrado hace un mes me remito, pese a la participación de un Subcampeón de Liga o el regalo de la camiseta oficial.Una cosa es el mínimo coste de los vecinos del otro lado de la autopista y otra bien distinta que el Carranza se haya convertido en el Ciudad de Sevilla, más aún cuando la presencia del equipo sevillano de turno no se ve acompañada por un desplazamiento de sus seguidores, más preocupados por esas fechas en calmar «la calor» en Zahara, a razón de un mínimo de 10 personas por apartamento de 2 dormitorios. Y para los talibanes, la reflexión objetiva de siempre: ¿Se imaginan el Gamper con el Lleida? Pues eso, aunque nos duela, es la sensación que tiene un aficionado de fuera cuando ve a un Segunda B jugando el Carranza. Y ante ello, en un verano saturado de fútbol, cambia de canal o se tira a la calle por un tinto de verano. Dejo el tema para la meditación de todos y la pausada y valiente decisión de los que nos rigen desde San Juan de Dios.